Teodosia Josefina Zúñiga Deluque

Hija de Santiago Zúñiga Zúñiga y Emilia Elena Deluque, de quien recibió su primera instrucción escolar. Cursó estudios primarios y de Experta en Comercio en el colegio La Sagrada Familia de Riohacha y finalizó sus estudios de bachillerato en La Divina Pastora de la misma ciudad. El llamado vocacional y confesional lo recibió desde edad temprana lo que la motivó a ingresar a la comunidad de Hermanas Terciarias Capuchinas en 1959 y desde 1961 ejerció la docencia en las cátedras de Español y Literatura y Técnicas de Oficina. Su tránsito por el magisterio tuvo lugar en los colegios Sagrada Familia de Fundación, Valledupar y Riohacha. Adelantó estudios de Filosofía en la Universidad Santo Tomas en Bogotá.

En 1905 las hermanas terciarias capuchinas de La Sagrada Familia establecen en Riohacha el primer convento y noviciado de América Latina, este hecho tuvo una profunda trascendencia en la cultura de la capital guajira por que posibilitó dentro de la misión de evangelización que religiosas como la hermana Elena de Barranquilla (Gregoria Armenta Calvo) impartieran clases de piano y música a estudiantes de la época.

Mas adelante, se sumaron a este propósito las hermanas Francisca de Barranquilla, Sinforosa de Bogotá y Lucrecia y Purificación de Yarumal, Antioquia. En el texto de investigación Historia de la música en la ciudad de Riohacha siglos XIX y XX de autoría de Víctor Hugo Guzmán, Rosa Pacheco y Teodosia Josefina Zúñiga publicado en 1988, se destaca como desde la formación musical, representantes de la sociedad local aprendían piano, guitarra y otros instrumentos, que contribuyeron en promover las vocaciones artísticas de varias generaciones de músicos de la ciudad.    

En su libro La Guajira en las letras colombianas, publicado en 1978, que denominó como ensayo de antología literaria afirma que es una especie de “yo acuso” al descuido y la apatía que han logrado relegar al olvido valores indiscutidos en el panorama de la literatura colombiana. En los agradecimientos confiere el primer lugar a la memoria de su padre Santiago Zúñiga Zúñiga a quien otorga reconocimiento por haberle inculcado las inquietudes literarias.

La Biblioteca departamental honra el nombre y el legado de esta escritora, investigadora, docente y mujer culta de avanzada, cuyas inquietudes labraron un legado que permanece en generaciones de guajiros, sin embargo, su obra está condenada a la desidia y el olvido, por que su producción literaria entre ellas la novela Sol y sal, no se consigue en las Bibliotecas de la ciudad, obra que debería estar en el plan lector de las instituciones educativas de la región por su contenido revitalizador y difusor de la cultura guajira.  Con razón anticipaba como protesta en los apartes de su obra que “La Guajira es un templo al aire libre donde se oficia el ritual de lo imposible”.

La hermana Teodosia Josefina Zúñiga Deluque falleció el 19 de febrero de 2005 y en su epitafio en la calle central del cementerio de Riohacha reposa una inscripción cuya frase corresponde a Fray Luis Amigó y Ferrer: “Después del verbo amar el más hermoso verbo es ayudar porque Dios es el principio y fuente inagotable de todo bien”.

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