¡Falta mucho por ordenar!

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Por Rubens Alexander Magdaniel Pavón – Publicista y Gestor Cultural.

Debemos organizar múltiples aspectos, realinderar caminos, en una ocasión visité el hermoso y encantador lugar, Montes de Oca, simplemente mágico, afortunadamente lo hicimos con unos amigos de Carraipía, pero llegaron los muchachos malos del pueblo con el claro objetivo de atracarnos, al encontrar rostros del pueblo desfallecieron en la intención, ese día y muchos otros, era nula la presencia de fuerza pública, no había un guía, la poca señalización era ecológica-ambiental orientada por Corpoguajira.

Nuestra realidad turística es precaria, funciona casi por inercia, nuestra tierra es constantemente visitada, casi asediada por el turismo, por la imponencia de nuestra naturaleza, no obstante la sociedad civil ha logrado posicionar a La Guajira como un destino peligroso, y es una verdad de a puño, que no podemos ocultar con recursos mentirosos, nuestra condición cultural ancestral no puede ser elemento para acomodarnos cuando suceden casos que simplemente dan pena, atracos con disparos a matar, peajes cada 400 metros, una beligerancia rampante que es maquillada por autoridades indígenas, resguardos, sociólogos e investigadores como un activo de nuestras razas, el comportamiento no es normal, por más que hagamos ingentes esfuerzos por ser solidarios y consecuentes, son actos que distancian a cientos de turistas con la exótica y mítica tierra guajira.

Contenido sugerido:

El ilícito negocio de la marimba en los años 70’s sucumbió ante la ambición de los nativos guajiros, que no conformes con recibir los dólares, sacrificaban a los pilotos norteamericanos y sepultaban sus avionetas para quedarse con la plata y la mercancía, sucedió por supuesto lo lógico, los gringos no volvieron a mandar más naves, dejaron de ser carne de cañón y cómodamente recibían la marimba en sus costas sin arriesgarse, por ende el trueque se erradicó considerablemente, ojalá y el turismo no se torne esquivo y solo nos queden bellas postales de nuestra Guajira, el afán desmedido de la riqueza instantánea pulula en las entrañas de nuestra región, desde lo publico y se irriga cual virus a una sociedad civil que se escuda irresponsablemente en análisis socioculturales más ligados al atraso que al franco avance, tenemos muchas tareas…

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