Cuando nos hacemos los indios

No olvidemos que  en La Guajira, Oneida Pinto y Cielo Redondo, basaron su estrategia de defensa ante la justicia colombiana, impostando una identidad como indígenas wayuu. Pasa, incluso, en movilizaciones que los guajiros organizan o se vinculan en Bogotá: no falta la manta  ni el maquillaje wayuu, pero son  reconocidas personas afros o criollos. Hasta en los concursos musicales, adoptar un vestuario indígena tiene sus réditos. Como el que tramita fraudulentamente  una certificación como indígena y así lograr descuentos en matrículas  universitarias o pasar al régimen subsidiado con sus beneficios en salud.  Todas estas son formas de “hacerse el indio”; son ilustraciones del llamado esencialismo estratégico, identidades que son como una ropa, se quitan y se ponen según la conveniencia.

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