¡Diego, trabaja!

¡Diego, trabaja! Gritábamos a su paso hecho de zancadas impetuosas y su cara se transformaba en una mueca malhumorada mientras gritaba a todo pulmón: “Viva el gran Partido Conservador” y desaparecía entre las calles, perdido en los laberintos de su cordura, (…).

Sitiados

Ante los anuncios del inicio de la vacunación pensamos con entusiasmo que veíamos por fin la claridad de la boca del túnel, pero los lentísimos avances en el número de vacunados contrastan con el creciente número de contagios y muertes que conducen a nuevos confinamientos y restricciones en las diversas ciudades y regiones del país.

Zángane

Eras el valor y la dignidad. Sí, claro que sí, porque aún con tu guayuco y tu palo (bastón) y tus harapos desgastados de lluvia y de sol, mimetizados con el color de tu piel, que era el mismo del barro del desierto, infundías tanto respeto como cualquier rey bañado en oro.

El adiós de las plantas

Los bosques suelen ser percibidos como paisajes de un paraíso no modificado por la acción humana. Ellos parecen dados para la contemplación virtuosa que despierta en algunos una espiritualidad dormida. En otros casos los bosques son vinculados con nociones de oscuridad, misterio y peligro.

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