Los azares de Jaime

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Por Amylkar D. Acosta M. – Exministro de Minas y Energía y Miembro de número de la ACCE.

“El dinero no da la felicidad, pues ella se logra
cuando el hombre tiene menos necesidad para
vivir en una sociedad y rodeados de su familia”.
Jaime Azar M.

Por aquellos azares del destino el COVID-19 le puso fin a la existencia de nuestro dilecto amigo Jaime Rafael Azar Martínez en vísperas de la Navidad, en momentos en los que la vida le sonreía y aún podía dar mucho más de lo ya dado, pues su edad sólo rondaba los 60 años. Pero, como en la poesía del Vate León de Greiff él en su hora postrera, aferrado a la vida y luchando por ella, se diría “juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida”, pues la “Señora muerte se lleva todo lo bueno que entre nosotros topa”. ¡Qué vaina!

Abogado de profesión, Jaime la ejerció con rectitud y sapiencia, ora en el litigio ora como servidor público. Se desempeñó con brillo, idoneidad, diligencia y transparencia como Alcalde de su natal Fonseca y como Secretario de Gobierno del Departamento de La Guajira. Terminó su periplo vital y profesional como Notario segundo del Círculo de Riohacha después de 12 años de servicio, cargo este en el que fue designado mediante Decreto 3670 del 22 de septiembre de 2008, en reemplazo del hoy Notario tercero en Santa Marta, Rafael Manjarrez, quien a su vez reemplazó a nuestro inolvidable amigo Ever Díaz.

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Con motivo del acto de posesión, ante su Despacho, de la Alcaldesa (E) de Riohacha Alexa Henríquez, pronunció unas palabras que dan cuenta de su talante, de cómo concebía él la autoridad y el Gobierno. Dijo él que “todo gobernante gobierna con autoridad y no con el poder” y añadió que “el poder corrompe, pero la autoridad es la que convence”. ¡Contundente!

Jaime, además, tuvo una participación activa en todo lo que tocaba con Fonseca, desde la Congregación de San Agustín, su patrono, de la cual fue miembro – fundador, también hizo parte de Acción Fonsequera, organización cívica que vela por los intereses de este próspero Municipio. De San Agustin, al que cargaba con devoción en su procesión, solía citar este lapidario mensaje: “no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita”. Qué bella y aleccionadora sentencia.

Con Jaime Azar se confirma el aserto de Aristóteles en el sentido que el ser humano es un animal político, porque él transpiraba política por todos los poros, siempre entendiéndola como el medio para servir a los demás y no para servirse a si mismo. Jaime Azar fue una persona ejemplar y ejemplarizante, digna de poner como ejemplo a las actuales y futuras generaciones.

Yo perdí con su partida al amigo y al seguidor que, aún en las circunstancias más retadoras, me acompañó en los avatares propios de las contiendas electorales para hacer posible que coronáramos con éxito nuestra osada elección al Senado del República tres veces consecutivas. Fonseca y La Guajira pierden a uno de sus mejores hijos. Y el notariado del país pierde a uno de sus más asiduos y acuciosos funcionarios, quien con su firma se dedicó a dar fe del contenido de los contratos y en general de los actos extrajudiciales que lo ameritaban.

Nos reconforta saber, a mi esposa Nydia, a mis hijos y hermanos, como creyentes que somos, que quien cree en Dios no morirá para siempre, la muerte no tiene la última palabra! Extendemos nuestras sentidas condolencias a su señora esposa Luz Ángela Builes, a sus hijo(a)s y demás familiares. ¡Paz en su tumba!

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