La escritura o la producción de texto en el aula, una aproximación desde la escuela

Por Limedis Castillo Mendoza – Poeta, narrador y cronista.

Si aceptamos que la escritura y la lectura en la escuela cumplen un papel preponderante en el desarrollo de las competencias comunicativas, podríamos aseverar que desempeñan la misma función en los procesos de enseñanza-aprendizaje, en la construcción de ciudadanía y sobre todo que con ellas, alcanzamos a vislumbrar la dimensión del espíritu humano llevándonos a los más altos grados de abstracción.

Claro está, que el adiestramiento o el ejercicio de la escritura en el aula tienen que ir más allá de los dictados, las transcripciones de libros, el responder una prueba escrita o, la escueta y simple copia y pega de una página web.

La escritura es un asunto de todos. No es, pues, una tarea exclusiva del área de lengua castellana como muchos creen, incluso los mismos docentes del área. Todas las demás áreas, sin excepción desde su disciplina tienen un modo particular de hacer escritura.

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Debemos tener en cuenta que la escritura en la escuela no debe solamente cumplir una función de registro o sistematización de los compendios de un área o de una asignatura. No. Ella debe excitar o provocar la edificación del pensamiento del individuo. Involucra también apreciar y estimar los saberes previos, la oralidad y los imaginarios colectivos, pues, todo ello también nos conlleva al lenguaje. Para Heidegger citado por Eagleton (1998) “el lenguaje no es un mero instrumento de comunicación, un recurso secundario para expresar ideas, es, precisamente, la dimensión en que se mueve la vida humana y, que por principio de cuentas hace que el mundo llegue a la existencia”.

La escritura y la lectura desde el aula pretenden formar a los estudiantes como seres activos y protagonistas de su propio desarrollo y construcción cognitiva. Como lo plantea Cajiao (2013) “leer y escribir deben ser ejercicios del espíritu, antes que habilidades mecánicas o mecanismos de desciframiento de signos convencionales”. La escritura y la lectura proponen formar discentes capaces de conocer e interpretar las transformaciones sociales que se producen en su propia comunidad, en la región, en su nación, pero también en toda la aldea humana.

Es, entonces, la escritura un proceso. Sí, un proceso que requiere indagar fuentes, consultar, examinar detenidamente, es decir, y puede sonar como una máxima: “la lectura antecede el proceso de escritura”. Más tarde, organizar las propias ideas al punto de plantear una propuesta. Seguidamente el trabajo de taller cono si fuese una carpintería. Escribir el texto, una y otra vez, luego leerlo, acomodarlo y hacerle las debidas modificaciones. Es clave ponerlo a consideración de otros lectores, correctores de estilo, conocedores del tema, pero siempre retornar a la coherencia de lo que quiero decir.

En efecto, se propone mejorar cada día la versión presentada, se trata de darle toda la altura y toda la profundidad que merece el texto. Escribir desde la escuela es un proceso de enseñanza- aprendizaje que implica un ejercicio de colaborativo de acompañamiento por parte del docente, que incluye redactar, releer los escrito, cambiar lo escrito, hacer lectura en voz alta ante un pequeño público de amigos confidentes, tratar de mejorarlo bajo las consideraciones de esos cómplices de la palabra. Por último debes dejarlo guardado como una semilla, para que brote a su tiempo y, además te servirá para tomar distancia de lo que estás produciendo. Te aseguro que es necesario y pertinente dejarlo en reposo, para que como el agua turbia haga su decantación.

Ahora bien, la escritura o la producción de textos desde el aula está relacionado con el contenidos o la temática que se quiere originar, está relacionado con la forma que tengo para decirlo, pero sobre todo cuáles son los saberes previos que tengo y cuáles saberes debo adquirir para poder producir o engendrar un texto inédito. Como reseña Thérien (2005) “el acto de escribir diferente del gesto que dibuja, esculpe el pensamiento”. Debe ser un texto que tenga sentido, que labre una idea atractiva y sugestiva. Ahora bien, todos estos elementos tienen que ser el resultado de un acompañamiento del docente con sus estudiantes, es más bien una cofradía. Desde el aula el docente es un guía, un mediador entre la escritura y el estudiante. Nos lleva a tener en cuenta ritmo y estilos de aprendizaje.
Partiendo del supuesto de que la producción de textos desde el aula abarca el diálogo e incluye el desarrollo de las competencias comunicativas, podríamos afirmar, óigase bien; “que el error estará acompañándonos como un entrenamiento o ejercicio de carácter meramente educativo” y no como evaluación sumativa.

En todo caso, la escritura estará al servicio de los proceso de enseñanza-aprendizaje, al servicio de la formación humana, al servicio de la construcción de un nuevo ciudadano más autónomo y crítico. Para el profesor Fabio Jurado (2010), “la escritura abre camino para comprender lo complejo que son los discursos mismos, por cuanto el leer, el leer como producción de sentido, es un acto de escritura, o un acto de representación simbólica en nuestro pensamiento: al leer reconstruimos la escritura que ha suscitado el acto del leer, porque el acto de interpretar es de cierto modo un acto de escritura y el acto de la escritura es una actividad dialogante con alguien que está tácito”.

Considerando el papel central que cumple la escritura Mateos & otros (2008) conciben “la escritura como sistema semiótico que tiene una clara función epistémica, al constituirse en instrumento mediador de los procesos de aprendizaje. Estas posiciones están avaladas por la evidencia empírica que revela el impacto de la escritura sobre la adquisición de conocimiento y el cambio conceptual en diferentes dominios de conocimiento y cómo contribuyen a ese aprendizaje los mecanismos cognitivos y metacognitivos”.

Finalmente, se puede afirmar que la escuela es el escenario propicio para que se dé la producción de textos o la creación y elaboración de un libro. Como lo afirma Pennat (1992) “pocos objetos como el libro, despiertan tal sentimiento de absoluta propiedad”.

Por otra parte en la producción de textos no se trata de hacer la tarea o cumplir con los requerimientos de un docente o de una disciplina o área como ya lo hemos planteado. No. la escritura y de paso lectura implican al ser humano, la escritura es un producto de la humanidad, ratificamos que es un ejercicio del espíritu por lo tanto, allí está la persona en todo su esplendor, esto quiere decir todo lo sé y todo lo soy, como sujeto. Por último, en la escritura alcanzo a construir una verdadera ciudadanía y, a través de ella es que hago valer mis derechos, pero, también los deberes para vivir con dignidad.

Referencias bibliográficas:

• Jolibert, J (1998). Interrogar y producir textos auténticos, vivencias en el aula. Chile, Editorial Ediciones Dolmen. Disponible en: http://www.lecturayvida.fahce.unlp.edu.ar/numeros/a21n3/21_03_Jolibert.pdf [consulta de Agosto de 2014].

• Terry Eagleton. Una introducción a la Teoría Literaria. Buenos Aires: CFE, 1998 (Orig. en inglés: Minneapolis, University of Minnesota Press 1983.) Disponible en: http://exordio.qfb.umich.mx/archivos%20pdf%20de%20trabajo%20umsnh/libros/6542615-EAGLETON-Terry-Una-Introduccion-a-La-Teoria-Literaria.pdf [consulta de Agosto de 2014].

• Castaño Lora, Alice. Prácticas de escritura en el aula: orientaciones didácticas para Docentes / alice Castaño lora. — 1a. ed. – Bogotá: Ministerio de educación Nacional: Cerlalc- unesco, 2014 p.: fot. – (río de letras. Manuales y cartillas PNle; 2. Disponible en:
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• Leer para comprender, escribir para transformar: palabras que abren nuevos caminos en la Escuela. — 1ª. ed. — Bogotá: Ministerio de
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p. – (Serie Río de letras. Libros maestros PNLE; 1). Disponible en:
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/micrositios/1752/articles-341018_recurso_1.pdf [Consulta de Agosto de 2014].

• Estudio sobre la percepción de los estudiantes de Psicología de las tareas de lectura y escritura que realizan para aprender. En Revista de Educación, 347. Septiembre-diciembre 2008, pp. 255-274 Disponible en:
http://www.revistaeducacion.educacion.es/re347/re347_12.pdf [consulta de Agosto de 2014].

• PENNAC, Daniel. Como una novela. Biblioteca de Actualización de Maestros. Editorial Norma. Bogotá, Colombia. 1992
Disponible en:
http://jorgecotera.com/Pennac%20Daniel%20-%20Como%20Una%20Novela.pdf
[Consulta de Agosto de 2014].

• JURADO, Fabio. La dimensión pragmática de la escritura en el contexto universitario. Instituto de Investigación en Educación. Universidad Nacional de Colombia. Disponible en: https://semiosiske.files.wordpress.com/2010/07/fabiojurado.pdf [Consulta de Agosto de 2014].

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