Su activismo fue tanto en la ANUC como en sus canciones, unas propias y otras de Andrés Beleño o de Luis Felipe Negrete, en las que alzó la voz contra el latifundismo y el despojo de tierras, la inequidad social, el clientelismo, la compra de votos, la explotación y opresión del campesinado, la impunidad para los corruptos y hasta contra el aborto. Todo esto llevó a que lo estigmatizaran como guerrillero, perdió la cuenta de las veces que lo llevaron preso sin proceso, unas cuatro veces se salvó de atentados, suerte que no corrió su hermano, José Ángel, también autor de canciones del mismo espíritu.