La generación Z del paro

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Por Abel Medina Sierra – Investigador cultural.

Un muy ofensivo, estigmatizante y sesgado escrito sobre el rol de los jóvenes en el paro nacional, fue divulgado la semana anterior y tiene como autor al economista y columnista Hernán Baquero Bracho. Su título es “El doble filo de la juventud enardecida”. Dos aspectos llaman la atención del escrito, por una parte, atribuye a Gustavo Petro la responsabilidad de todo lo que está pasando en Colombia y, por otra, suelta barbaridades como esta: “Los jóvenes que han estado enardecidos y manejados casi como zombies, se han dejado influenciar por estos llamados liderazgos que en la mayoría de casos no tienen ningún tipo de preparación académica”.

Implícitamente, Baquero Bracho, nos quiere pintar una Colombia apocalíptica como la del filme “Guerra mundial Z”, en la que los jóvenes son los zombies y a Duque como Gerry Lane, personaje héroe que representa Brad Pitt. Nuestros jóvenes si son la Generación Z (“zoomers”), pero muy lejos de ser “zombies”, son cien por ciento nativos digitales, aquellos que enfatizan las distancias y el potencial irreverente hacia la cultura parental representada no solo en padres, sino en profesores, jefes y el mismo Estado. Son la juventud más informada y autónoma de la historia, no se dejan llevar por analfabetas, prefieren enseñar a que se les enseñe.

Con respecto a la primera tesis, es un insulto a la inteligencia creer que los lectores son tan idiotas como para atribuir las causas del paro a un cálculo político. Que Duque le eche las culpas de todo lo malo de su gobierno al que ya no es presidente como Santos y al que nunca lo ha sido, Petro, ha generado, el algunos risas y en otros pena ajena, al fin y al cabo nos hemos acostumbrados a tener nuestro propio Maduro con salidas en falso. Que lo diga Vicky Dávila editorializado portadas de Semana es entendible, para eso le pagan. Pero, que Baquero Bracho nos trate de “engatusar” con tan deleznable y simplista explicación las razones del paro, nos lleva a preocuparnos de su discernimiento y sospechar de un verdadero “bloqueo” mental.

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Aconsejo a Baquero y cualquiera que piense igual, consultar los resultados de la reciente encuesta de la Universidad del Rosario, aplicada en las principales ciudades del país. En la misma se revela que, el 84% de los jóvenes, entre 18 y 32 años del país, apoya el paro nacional. No se trata de un puñado de “enardecidos”, se trata de la mayoría de nuestros hijos, sobrinos, nietos. Imposible pensar que todos están adscritos a la Colombia Humana, tanto así que, la misma encuesta demuestra que solo el 25% de los jóvenes encuestados se reconocen como de izquierda, la mayoría se reconoce de centro y muchos de centro derecha y derecha. El paro no ha sido solo de jóvenes, es un despropósito, sino estulticie, pensar que Petro está detrás de los camioneros, campesinos, taxistas, sector de la salud, indígenas y población en general que salió a las calles “emputados” con un gobierno incapaz de resolver sus necesidades.

Sobre el rol de los jóvenes, el “casi” que usa Baquero Bracho para matizar lo de “zombies”, es como forrar un mazo con algodón para que pegue menos fuerte. Mucho más humillante, sostener que son “zombies” manipulados por ignorantes o analfabetas, como negando cualquier autonomía, iniciativa y conciencia a la juventud, más irrespetuoso no pudo ser. Si aceptáramos la peregrina tesis que son zombies de Petro, ojalá Baquero Bracho tuviera los títulos, la producción académica y la capacidad de análisis de su colega economista de la Colombia Humana.

Esa mirada a los jóvenes actuales como “zombies”, entra en las visiones homogenizantes de la juventud, desde donde todos son vistos como iguales, una sola juventud, sin diferencias sociales, culturales o económicas; estigmatizaciones donde los jóvenes son vistos como un problema, primando los prejuicios y estereotipos que termina patologizando a la juventud, lo que conlleva al establecimiento de normas y deberes que deben cumplir.

La historia de la juventud, según Marta Mathieu, en cuanto a la relación de la juventud con el compromiso en la sociedad y el involucramiento del joven en el espacio de la política, nos ayuda con la identificación de tres paradigmas específicos: el no compromiso/ pasividad de la juventud, el periodo contestatario de la juventud y otro periodo de regresión y normalización que sigue a los movimientos contestatarios. Hace algunos años nos quejábamos por tener una juventud apática, sin compromiso con la política, sin tomar partido, no les importaba quién los gobernaba y si lo hacía bien o mal, si las leyes que aprobaban les convenían o no. Ese fenómeno de pasividad fue bautizado en España como “meimportaunculismo”. Los últimos años nos demuestran que ya pasó ese periodo de quietismo, es el tiempo en que los jóvenes dejen de ser esas “mayorías silenciosas” como las llamó Baudrillard y que, el poeta surafricano Coetzee desde la literatura, ha denominado con la metáfora de “la tercera vía” lo que “…ha sido escogida por miles y millones de personas cada día y que es la vía del quietismo, de la obscuridad elegida, de la emigración interna”.

A Baquero Bracho habría que recordarle, que esos movimientos juveniles a los que llama “zombies”, también los menospreciaron cuando se opusieron a la invasión gringa a Vietnam y lograron el retiro de las tropas en 1973. Esos que llamas “zombies” lograron en la huelga estudiantil que se llamó Mayo del 68, grandes cambios políticos en Francia. Los que llamas “zombies”, en el Soweto de Suráfrica, fueron claves para erradicar el apartheid; fueron los protagonistas de la revolución de terciopelo en Checoslovaquia a finales de los 80. Otros levantamientos de los que llamas “zombies”, han logrado grandes conquistas climáticas, de inclusión, no discriminación y hasta la llamada primavera árabe.

Los entonces “zombies”, en Colombia, fueron los que parieron la Constitución Política que tanto defiende Baquero Bracho con el movimiento estudiantil por la séptima papeleta. Estos “zombies” de ahora, a esos que no le reconoces nada bueno, solo poder transgresor y destructor, son los que lograron tumbar una reforma tributaria que vaciaba los bolsillos de la clase media a la que perteneces, Hernán. Los mismos están logrando mayor acceso de los bachilleres a la educación superior, los que atajaron una reforma a la salud que nada mejoraba para el usuario y enriquecía más a las EPS. Vendrán más conquistas de los jóvenes, aunque haya adultos tan desagradecidos con quienes, mientras ponen el pecho y la vida, obligan a los gobernantes a que el Estado sea más justo y equitativo.

Los jóvenes no están pidiendo limosnas, no están pidiendo otro “auxilio solidario”, claman por oportunidades para estudiar y trabajar. No piden, quieren aportar más al país rompiendo el círculo de miseria. Es muy fácil sentarse a escribir columnas de adulación a los gamonales y todo el que llega a un cargo importante, lo difícil es librar la batalla desigual, peligrosa, pero histórica como la que ha emprendido nuestra valiente juventud. La historia dirá quién está del lado correcto de la historia y quiénes son los verdaderos “zombies”, los que escriben para hacer mandados o los que luchan por el bien de todos. No son “zombies” Baquero, son los nuevos héroes.

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