Por Angel Roys Mejía*.
Este documento sobre el autor de Las Pampas Escandalosas, novela hito de la literatura guajira y del Caribe Colombiano hace parte de un ensayo mayor que pretende reivindicar el nombre del intelectual guajiro cuya obra y legado no ha sido explorado, ni difundido para honrar su papel protagónico en la configuración de una ideología regional y nacional de comienzos del siglo XX.
La Dirección Departamental de Cultura de La Guajira en el año 2007 rescató del olvido la novela de José Ramón Lanao Loaiza, que había sido publicada en 1936 por la casa editorial de Fernando Arturo Zapata de Manizales, que para inicios del siglo pasado XX en Colombia representaba el sello editorial de más prestigio en el país y que constituye hoy un hito en la historia del libro. La empresa imprimía tirajes de 2.000 y hasta 5.000 ejemplares, llegando a tener en su nómina de ventas más de 60 autores, posicionándolos en las letras de la región. Sin embargo, al desempolvar esta reliquia literaria, la institucionalidad cultural se quedó corta al no incluir reseñas de su copiosa obra ni destacar al autor y su época, lo que impone un debate abierto a la literatura de La Guajira, el caribe y el país para indagar sobre el legado de este erudito y literato guajiro en el pensamiento y las letras de Colombia. En este fragmento su prosa deja como manifiesto un rasgo de la manera de relacionarse los actores del territorio con los representantes del poder central:
Cuando la revolución liberal ocupó la plaza de Riohacha a principios del siglo, José Dolores le ofreció su amistad y el reconocimiento de su autoridad al jefe triunfador, manteniendo sin desfallecimientos y vacilaciones su lealtad a la causa de la cinta escarlata que le envolvía el sombrero como un relámpago de gloria. Pensaba, y con razón, que el General Duran Representaba allí el principio del gobierno. Mas cuando las fuerzas constitucionales del General Ospina recuperaron la plaza por vencimiento del enemigo, contaron con la amistad renovada del ladino y astuto cacique. Nada tenían que reclamarle, alegaba con la sangre fría de su desconcertante sentido práctico. Si el gobierno abandonó la plaza a la Revolución es porque el gobierno fue menos fuerte que la Revolución y, de consiguiente, ésta era mucho más fuerte que yo: ¿Qué podía hacer sino sometérmele?
Las Pampas escandalosas. José Ramón Lanao Loaiza (1936).
Lanao Loaiza es destacado en la década del 70 por la hermana Josefina Zuñiga en el primer ensayo de antología literaria sobre La Guajira del que se tenga conocimiento, por su verbo fogoso e ilustrado. Posteriormente, el escritor y tratadista Víctor Bravo Mendoza en el ensayo La Guajira y su literatura registra los inicios de una literatura regional a expensas de su obra.
“Son mucho más los exponentes de la oratoria en Riohacha y demás municipios del departamento. Floridos unas veces como Don Antonio Amaya, Luis Alejandro López y Denzil Escolar, histórico filosóficos los otros como José Ramon Lanao Loaiza, Helión S. Pinedo Rios, donde matizan el lirismo artístico y la concepción filosófica profunda para los temas históricos.”
La Guajira en las letras colombianas, Josefina Zuñiga,1978 Editorial Letras Medellin.
Las razones que condujeron a Lanao Loaiza para abandonar su tierra y radicarse en la capital del Magdalena son objeto de pesquisas para determinar si están asociadas a problemas de índole familiar por una querella con otra familia tradicional de Riohacha. Este aspecto como otros de su vida familiar e intelectual no se visibilizan en la solapa de su nutrida obra ensayística y literaria, lo que dificulta documentar aspectos de su trayectoria en las letras y en la política nacional.
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José Ramón Lanao Loaiza inaugura con su obra una poética de los sentidos, que descubre en el espacio guajiro, un paisaje inédito para las letras nacionales narrando en simbiosis costumbres, territorio y poder. Edgar García Ochoa conocido bajo el seudónimo de Flash, se atrevió a afirmar en su columna en el diario El Heraldo una segura influencia de Las Pampas Escandalosas en la ensoñación de García Márquez con el desierto guajiro ratificado en el discurrir de su prosa en La Cándida Eréndira y su abuela desalmada.
El brío de su pensamiento y la agudeza de sus juicios son notables en otra de sus obras, Mirando las izquierdas, serie de enconados artículos que develaban sus posturas conservadoras y el recelo por las posiciones de las cimientes de la izquierda en la época, publicada en diciembre de 1935: “No sé cuánto daría la República por borrar, aun con torrentes de su misma sangre la mancha que esa gran vergüenza de las Bananeras dejó sobre las armas limpias de su escudo.”
La prosa de Lanao Loaiza, es introspectiva, raizal, moderna y con muchos elementos de erudición sin caer en lo barroco, referenciando a los clásicos y a los discursos filosóficos y sociales de la época. Resarcir la deuda literaria y recuperar para la memoria el legado de un sobrado artífice del pensamiento y la defensa de los ideales regionales es una impronta de esta generación.
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