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Flor Pálida

Por Fredy González Zubiría – Investigador cultural.

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Si existe una canción de la última década, escuchada y admirada por la mayoría de latinoamericanos es Flor Pálida, interpretada por Marc Anthony. Lo que todos no saben es que el autor de ese éxito no es Marc, sino el fallecido canta-autor cubano Polo Montañez. Hoy 5 de junio de 2020 cumpliría 65 años de nacido.

Polo Montañez (Fernando Borrego Linares), nació el 5 de junio de 1955 en El Brujito, un caserío cercano a la Sierra del Rosario (Cuba), según su biógrafo Fernando Díaz Martínez.
Polo era un músico campesino, leñador y fabricaba carbón vegetal. Sus canciones tienen algo especial, igual que las melodías vallenatas guardan una relación muy estrecha con la realidad, y con personas con nombres y apellidos.

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Su viuda Adys García es la musa inspiradora de Flor Pálida. Fue invitada en el 2019 a La Guajira a una tertulia sobre Polo Montañez y ofrecer un curso de cocina cubana en el marco de la semana cubana-mexicana y el danzón, evento auspiciado en buena parte por maestros de México. En el restaurante del Hotel Castillo del Mar, frente al mar Caribe, tuvimos la única conversación larga durante su estadía en Riohacha.

Adys García se había casado muy joven, a los 20 años de edad, enamorada desestimó los estudios y se dedicó al hogar. Luego de 24 años de matrimonio todo terminó. Tenía 44 años, el divorcio la demolió, el dolor se le reflejaba en su cara, le costaba trabajo sonreír.

 

Era 1998, sacó fuerzas, necesitaba sobrevivir, buscó trabajo y lo encontró en el restaurante La Casona, de San Cristóbal. Fue mesera y luego se ocupó de despachar la comida para llevar. Hacía de todo, contestaba el teléfono, a veces barría, trapeaba, atendía a los necios, ese duro trabajo de las mujeres en los restaurantes populares.

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Allí llegaba Polo Montañez con su señora Loyda Bouse. Polo veía a Adys muy seria, con su cara dura que no le bajaba el semblante a nadie. El cantante era juguetón y atrevido, sin importarle que tenía a su mujer al lado, mientras Adys trapeaba y le preguntó: ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes marido? Adys fastidiada con la preguntadera le dijo a una compañera:
–ese tipo pregunta más que un periodista.

A los meses, la esposa de Polo, Loyda Bouse viajó para los Estados Unidos. Ella lo llamaba a veces al restaurante. Adys le contestaba y se lo hacía pasar. Una vez, como profetizando el futuro, Polo le comentó a Adys: “Esta noche es la última vez que llamará”. Así fue. Ese día terminó la relación con Loyda Bouse, la mujer que le había inspirado esa hermosa canción Si fuera mía.

Al colgar el teléfono, el desconocido músico campesino miró a Adys quien estaba recogiendo las sillas y barriendo. Ambos de 44 años, ambos separados, en medio de la noche en ese solitario restaurante, cada uno con su propia tristeza, optaron por el silencio.

Pasaron semanas, se hicieron amigos, Polo cargaba con una colección de casetes, él le prestaba música. Una vez le contó que a veces le daba miedo cantar sus propias canciones, creía que no iban a gustar. Por eso, su repertorio en su mayoría era de otros cantantes y grupos.

Una noche le preguntó: – ¿Qué piensas hacer con tu vida?
Ahí comenzó el enamoramiento, Polo le hacía bromas para verla reír, a veces sonrojar. Esta mujer empezó a recuperar su alegría, su semblante mejoró, la palidez de su rostro desapareció. En su alma germinó de nuevo la ilusión. El 26 de julio de 1999 Adys García acepta tener amores con Polo Montañez. A los pocos días decidieron la convivencia.

Flor Pálida

Empezó el amor entre esos dos seres. El destino había cruzado sus caminos para que unidos tuvieran otra oportunidad en la vida. En adelante se la pasaban juntos, ella lo acompañaba a todas partes.

               

La llegada de Adys a su vida fue como un talismán. En octubre de ese año grabó su primer disco, la carrera artística de Polo Montañez se disparó. Inició su fama a los 44 años. Viajó a Francia y triunfó, pero fue en Colombia que se inmortalizó. En nuestro país el público descubrió el tesoro detrás de las canciones de Polo Montañez, ese sentimiento profundo en su música, en su letra, en su voz. Esa sensación de nostalgia que se percibe al escucharlo.

Era un tomador de café empedernido, si Adys lo hacía, bien, sino el mismo lo preparaba. A veces se iba para la cocina a tomar café y fumarse un cigarrillo, se quedaba mirando lejos.

Era muy desprendido de las cosas materiales, las regalaba, ayudaba a todos e incluso a quien no lo solicitara.
Una vez sentado al lado de la cama le cantó los primeros versos de Flor Pálida y el 13 de febrero del 2001 día del cumpleaños de Adys García, Polo Montañez le dio una serenata sorpresa en La Casona. Esa noche estrenó Flor Pálida.

Flor Pálida (Polo Montañez)

Hallé una flor, un día en el camino
que apareció marchita y deshojada
ya casi pálida, ahogada en un suspiro
me la llevé a mi jardín para cuidarla.
Aquella flor de pétalos dormidos
a la que cuido hoy con todo el alma
recuperó el color que había perdido
porque encontró un cuidador que la regara.

Le fui poniendo un poquito de amor
la fui abrigando en mi alma
y en el invierno le daba calor
para que no se dañara.

De aquella flor, hoy, el dueño soy yo
y he prometido cuidarla
para que nadie le robe el color
para que nunca se vaya.

Polo y Adys se iban a casar ese diciembre de 2002 y en enero emprenderían juntos su primer viaje, irían de vacaciones a Francia. Ya todo estaba listo. Era la segunda primavera de la Flor Pálida.

El 20 de noviembre, unos días antes del matrimonio, Polo Montañez viajó a La Habana con Adys, los acompañaban Mirel, hijo de Adys, Gisela María e Idelma, ambas vecinas, y un bebé. Fueron a cumplirle a Gisela su sueño de celebrar los 15 años en La Habana. Al retorno, pasada las 7 de la noche, el vehículo se estrelló por detrás contra un tractocamión, inexplicablemente parqueado sobre la vía rápida.

En el impacto murió Mirel el hijo menor de Adys. A los seis días, el 26 de noviembre de 2002 falleció Polo Montañez.

Adys García perdió su hijo menor y su marido. La tristeza regresó a ella, esta vez acompañada de un profundo dolor. Su nueva oportunidad de vida, su amor, su ilusión apenas duró 3 años y con él se fue su niño. Quedó destrozada, desolada, en pocos meses envejeció.

La herencia
En los siguientes años se inició el proceso de sucesión de los derechos patrimoniales sobre la música de Polo Montañez. Para sorpresa de Adys García, no le reconocieron su calidad de pareja permanente. La sentencia ni siquiera le cedió derechos sobre Flor Pálida, que la compuso cuando Polo vivía con ella. Perdió todo, quedó en la calle.

Aunque la justicia no la reconoció, para el mundo ella es la viuda de Polo Montañez. Adys Catalina García trabaja en un almacén como vendedora en su pequeña ciudad, regresó a ser la Flor Pálida. Una terrible noche cambió el mundo de ambos. Ahora dedica todo su amor a su único hijo, su nuera y a sus tres nietos.

En solo YouTube Flor Pálida interpretada por Marc Anthony superó la colosal cifra de los 490 millones de vistas.
A quienes no han escuchado la versión original de Flor Pálida por Polo Montañez les dejo el enlace.

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