¿Beneficio periódico o ilusión permanente?

*Las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de revistaentornos.com

Por Ana Sofía Gómez Archbold – Gestora cultural.

Mientras vemos con alegría como Fonseca y Uribia celebran con justa razón la entrega de Beneficios Especiales Periódicos -BEPS-, concedidos a trabajadores y gestores culturales, como el recientemente entregado al músico y narrador wayuu Sergio Cohen y meses atrás al verseador Alcides Manjarrez, nos queda el sinsabor, nos produce frustración, decepción y dolor, porque, el beneficio parece una quimera inalcanzable para los artistas del Distrito Cultural de Riohacha.

Sergio Cohen.
Alcides Manjarrez.

Desde 2010 el municipio capital empezó el recaudo del 10% deducido de la estampilla Procultura, tal como lo establece el decreto 4947/2009 del Ministerio de Protección Social, pero apenas hace 3 años, el Ministerio de Cultura reglamentó, cómo se debían invertir estos recursos basados en el Decreto 2012/2017. A partir de ese año y bajo la responsabilidad de la Dirección Distrital de Cultura, se emprenden las diligencias pertinentes para postular a los gestores culturales que cumplieran los requisitos exigidos, como: tener mínimo 62 años, percibir ingresos inferiores a un salario mínimo mensual y acreditar la condición de creador o gestor cultural a través de MinCultura.

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Asimismo, se disponen unos criterios de priorización para la entrega de los beneficios a aquellos cultores en condiciones más vulnerables. Pero la prioridad ha sido tan dilatada como todo el proceso en su conjunto. Se enlistaron 22 gestores culturales en 2019 y se priorizaron 5 en delicado estado de salud. El proyecto debía pasar a estudio y aprobación en el Concejo Distrital, pero en este órgano donde los miembros representan los intereses ciudadanos, el Proyecto BEPS, fue aplazado por falta de tiempo para su revisión.

En 2020, animados con la nueva vigencia administrativa se retoman acciones para surtir los trámites necesarios y en ese ir y venir, al ritmo entumecido de la administración pública, llegó el virus y con él, la cuarentena. Pero por fortuna, llegó también la anulación por parte del Gobierno Nacional del paso obligatorio por el Concejo y para entonces solo es requerido un acto administrativo firmado por el alcalde, la aprobación del Ministerio, el giro a Colpensiones y el pago final a los beneficiarios priorizados.

Jaime Maya (q. e. p. d.).
Pedro Marín (q. e. p. d.).
Antonio Márquez (q. e. p. d.).

Y aun así, no hemos podido, sigue siendo una ilusión postergada. En ese trámite prolongado e inconmovible, nos ha sorprendido la muerte en tres oportunidades, tres maestros; Jaime Maya, pionero de las artes plásticas, nos dejó en marzo; Pedro Marín, el último integrante de la Vieja Guardia, se fue con su canto en agosto y hace apenas unos días a finales de septiembre el wayuu que dibujaba en el lienzo su cultura, Antonio Márquez, también partió de este mundo.

Ellos, creadores naturales, cultivados a punta de ingenio y ardor, quienes dedicaron su vida a enriquecer el acervo cultural de La Guajira y de Riohacha especialmente, murieron esperando la llamada “pensión vitalicia”, esa que compensaría, en una pequeña proporción, las necesidades para la vida digna que merecían y que les hizo tanta falta al final de sus días.

Cada vez que uno de los priorizados BEPS muere antes de que el proceso finalice, éste se cae automáticamente y entra en una actualización que no es más que ese círculo del dolor en el que hoy nos encontramos.

El alcalde de Riohacha firmó el nuevo decreto por medio del cual se actualizan una vez más, los nombres a quienes se les pagará el primer aporte correspondiente a su beneficio, pero antes MinCultura, aprueba, y se toma su tiempo… sin contar con que los días de nuestros veteranos artistas vienen urgidos y agobiados.

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