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Por Amylkar D. Acosta M. – Exministro de Minas y Energía y Miembro de número de la ACCE.
Después de una larga y penosa enfermedad falleció nuestra amiga Dilia Rosa Gneco Pimienta, una connotada lider cívica de Riohacha y devota, como la que más, de la Virgen de los Remedios, con un amplio reconocimiento por su altruismo y su amor por la tierra que la vió nacer. Fue en vida el polo a tierra guajira del ex presidente Ernesto Samper y su familia, ligada a ella por sus ancestros. Él no perdía ocasión cuando arribaba a La Guajira para reencontrarse con los suyos y a quienes le organizábamos su itinerario durante su estadía, siempre nos pedía como su primera prioridad organizarle el desayuno donde Yiya Ocha y la visita a Alcira Weber. Eso era infaltable.
Ella se vio muy afectada por la temprana desaparición de su hermano Lucas Gneco, ex gerente de la Electrificadora de La Guajira, no le alcanzó el resto de sus días para reponerse de semejante golpe. Como afirmó nuestro dilecto amigo Alfredo Orcasitas en su sentido mensaje de condolencias a su familia, “hablar de Dilia Rosa Gnecco Pimienta de Daza, es remontarse a esa generación de damas riohacheras de principios y valores de la década de los cuarenta”, tan venidos a menos en los tiempos que corren.
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Por la venas de Yiya Ocha corría la sangre de su padre, el letrado Juan Jaime y bien dijo el insigne escritor caribe David Sánchez Juliao que “la sangre tiene memoria”, lo prueba el hecho de que ella como gestora y emprendedora cultural fue la continuación de la labor por él emprendida. No había evento cultural en Riohacha y en La Guajira que le fuera ajeno a Yiya Ocha, tenían en ella siempre su animadora e impulsora espontánea y comprometida. Con ella, con Victor Pacheco Laborde, Alfonso Martínez Ilidge, Arnoldo Smith, Benjamín Espeleta, Francisco Justo Pérez, Weildler Guerra, Ana Rita Ariza, Clarivel Ochoa y Orlando Vidal Joiro, quien la preside, entre otros, fuimos cofundadores de la Academia de Historia de La Guajira.
Pero, defintitivamente, en donde dejó Yiya Ocha su más profunda huella fue en la radiodifusión. Como lo recuerda su colega, nuestro amigo, Edgar Ferrucho, con ocasión de su partida, “Dilia Rosa Geneco Pimienta es y será por siempre un icono de la radiodifusión guajira, ya que siendo una adolescente se vinculó a la naciente Ondas de Riohacha el 15 de enero del 1956 y luego incursionó como locutora con una voz suave y agradable, con programas especiales en las fechas conmemorativas, hasta llegar a ser Presidenta de la Asociacion de Periodistas de Colombia, capítulo Guajira”.
Y como lo reconoce Edgar, ella, que fue pionera de la radio en La Guajira, “sirvió de ejemplo y estimuló a muchos que, después de ella, incursionamos en la radio y en el Periodismo con sus mensajes de aliento y de solidaridad sin límites”. Coincido con él en que este es “otro vacío difícil de llenar”, tanto que, como dice Alberto Cortéz en su canción Cuando un amigo se va, ese vacío no se llenará con “la llegada de otro amigo” y “queda un tizón encendido, que no se puede apagar ni con las aguas de un río”, ni siquiera del río Ranchería.
Consternados y tristes por su deceso, Nydia, mis hijos y yo deploramos esta pérdida para Riohacha y para La Guajira y expresamos nuestras más sentidas condolencias a su esposo Alvaro Daza, a los mellos, Álvaro y José Jaime, y Carmen Milena, sus hijos, al igual que a sus hermanos Nelson y Lina, extensivas a la familia Samper Pizano que, a esta hora, según me lo han manifestado, se unen a su duelo. ¡Paz en su tumba!