Maicao, elecciones para la historia

Por Abel Medina Sierra – Investigador cultural.

*Las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de revistaentornos.com    

Inéditos, desafiantes e insospechados matices, tuvo el proceso electoral reciente en el municipio de Maicao. Fue tan cargado de morbo, drama y tensión que, como nunca antes, los medios nacionales tuvieron como foco de interés las campañas y resultados de las votaciones en la ciudad fronteriza. Tanto así que, como ocasional consultor del equipo de informes de Caracol Noticias para temas de La Guajira, se me pidió colaboración para estar reportando a presentadores cómo iba el conteo el pasado domingo. Eso evidencia que después de Bogotá, al noticiero lo que más le interesaba eran los resultados en Maicao; nunca visto antes.

Y si tuvo todos esos visos sin precedentes en la historia, fue por la participación de un gran protagonista en este novelón electoral: Santander Lopesierra Gutiérrez. A él se le atribuye que haya convencido a 20.322 personas (el 30.77% de los votos válidos) elegir la opción “Voto en blanco” y así enviar el contundente mensaje que “Si no es Santa, no es ninguno” que promovió el ya legendario “Hombre Marlboro” entre sus entusiastas seguidores.

Que una persona con los antecedentes de Lopesierra desembarcara de Estados Unidos y de una vez armara campaña para ser alcalde de Maicao, que pese a esas máculas recibiera tanto apoyo popular, que desafiara el marco normativo del Estado con sus osadas maniobras, todo esto hizo que estas elecciones sean inolvidables no solo para los maicaeros, sino un fenómeno que amerita lecturas profundas y desapasionadas.

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Por todo esto, en Maicao se está produciendo un fenómeno bien paradójico. Por primera vez dos personas están celebrando los resultados. Por un lado, un perdedor que se siente ganador. En este caso se trata de Santa Lopesierra que reunió a sus seguidores, se atribuyó el triunfo y hoy se pavonea la ciudad como el gran ganador por haber obtenido 199 votos más que Miguel Felipe Aragón. Por el otro lado, un perdedor que festeja porque pese a esos resultados ganó y será el alcalde de los maicaeros: Aragón.

También se intensifica una enconada rivalidad entre estos dos protagonistas, pues Santa le atribuye a Aragón la invalidación de su inscripción y es vox populi que había pronosticado que, si él no obtenía el cargo, tampoco lo haría el exdiputado wayuu. Imprevisible lo que viene.

Ahora bien, desde el extrañamiento y la distancia: quién perdió y quién ganó. Para mí, el gran perdedor fue Santa Lopesierra. Perdió tiempo, cuantiosos recursos, esfuerzos, trabajo y lo único que ganó fue un pírrico triunfo simbólico. Es que ni siquiera podrá reclamar la compensación por los votos en blanco porque no se inscribió como defensor de esa opción.  

Inicialmente le apostó a que, pese a que la Constitución Política del país en su Artículo 122 le prohibía explícitamente que podía ser elegido, se inscribió para el cargo de alcalde. El fallo del Consejo Nacional Electoral le tumbó su inscripción, primer fracaso. Su segunda jugada fue inscribir a su hijo “Santica” respaldado por las mismas más de 65 mil firmas que usó para avalar su inscripción. También se cayó la maniobra por falta de legalidad. En un acto ufano, se arriesgó por el voto en blanco cuando todos esperaban una alianza con otro candidato; la meta era alta: convencer a la mitad más uno de los electores que efectivamente iban a votar que solo él era capaz de gobernar a Maicao. Tampoco llegó a la meta, le faltó un poco más del 20% de votos. Tercer y definitivo fracaso. Nada que celebrar y nada asegura que dentro de cuatro años “el que diga Santa” va contar con los mismos seguidores.  

Hoy, como “patada de ahogado”, persisten algunos de sus simpatizantes aferrados a la idea que se van a repetir los comicios y Santa podrá gobernar “en cuerpo ajeno”. Todo esto alentado por pseudo abogados de provincia y presentadores de noticias fungiendo como juristas; desconociendo que, la Corte Constitucional en la sentencia SU 221 del 2015 ya aclaró que cuando el Artículo 258 de la Constitución habla de “mayoría de votos de los votos válidos” quiere decir la mitad más uno de todos los depositados que no fueron anulados y no que la repetición de elecciones procede cuando el número de votos en blanco es superior al segundo en votación.    

Dos certezas quedan de los comicios. Una es que, de haberse logrado la inscripción de “Santa” o “Santica”, tenía los votos para ganar. Pero mucha distancia hay entre en “sería alcalde” y el “es el alcalde”. La otra es que, al arrogarse Lopesierra los votos en blanco, invisibiliza a ese votante que realmente estaba convencido que ni Santa, ni los demás tenían méritos para gobernar a los maicaeros; es decir, Santa se tragó todos los votos en blanco.

Miguel Felipe Aragón es el alcalde de Maicao por la legitimidad que da la legalidad. Arena de otro costal es polemizar sobre la legitimidad simbólica que representa ser alcalde sin haber obtenido la mayoría de votos. Si hace un buen gobierno, nadie recordará eso y no creo que Santa se dedique a hacer oposición, su mansión en Barranquilla lo espera y sus seguidores sentirán, después de la euforia, el rigor de la ausencia de poder. Maicao fue noticia, y Santa el protagonista.

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