Por: Luis Guillermo Baquero Gerente Mesa Más La Guajira – ANDI
El resultado de las elecciones presidenciales fraudulentas en Venezuela del pasado 28 de julio es uno de los eventos políticos de mayor impacto para Colombia, especialmente para los departamentos fronterizos como La Guajira. Una cuarta parte de los venezolanos ha tenido que abandonar su país, migrando alrededor del mundo, y Colombia es uno de los principales destinos. Según datos de la OIM, Colombia alberga a la mayor cantidad de migrantes y refugiados venezolanos, con más de 2,8 millones de personas.
La situación post-electoral en Venezuela se ha convertido en una pesadilla para aquellos ciudadanos que votaron por un cambio. Las protestas se han extendido por todo el país, algunas muy violentas, reportando al menos 20 muertes y miles de detenciones. Los venezolanos hoy son víctimas de la guardia militar que llega a las casas a revisar celulares y a buscar pruebas de apoyo a la oposición con la “operación Tun Tun”, sufriendo todo tipo de retaliaciones políticas por manifestarse contra 25 años de dictadura, corrupción y pobreza.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional y de la oposición liderada por María Corina Machado, muchos venezolanos se sienten desesperanzados, llegando a considerar la peligrosa travesía del Darién u otros nuevos rumbos en busca de una vida mejor. Según datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), siete de cada diez venezolanos están abandonando actualmente su país debido a los disturbios y al temor de un empeoramiento de la situación.
Esta nueva ola migratoria y crisis política tiene profundas repercusiones en regiones fronterizas como La Guajira. Colombia no está preparada para una nueva oleada migratoria, y mucho menos nuestro departamento. En los municipios guajiros viven más de 160.000 venezolanos, y la baja capacidad institucional del territorio dificulta la atención en salud y la provisión de la oferta pública. Por ejemplo, la deuda que tienen con los hospitales, clínicas e IPS del departamento por la atención de urgencias y partos a migrantes es millonaria y tiene en crisis financiera a esta red.
El comercio fronterizo es clave para entender la economía del pueblo Wayuu. Si este no se reactiva, las comunidades enfrentarán mayores retos para la generación de ingresos y un aumento en el número de retornados, situación que en algunos casos, está generando conflictos en el desarrollo de proyectos energéticos y oferta de inversión y programas sociales públicos.
Adicionalmente, Venezuela juega un papel importante en el tema energético. En la nefasta propuesta de importar gas venezolano, la infraestructura del viaducto que conecta a Maracaibo con la estación de Ballenas en el Pájaro es crucial. El futuro de esta estrategia dependerá en gran medida del contexto político, pues el gobierno colombiano ha tenido que matizar y reevaluar las decisiones en la relación política y económica entre ambos países tras el escándalo del 28 de julio.
Otro punto a tener en cuenta es la informalidad laboral en el departamento de La Guajira. Con un nuevo flujo migratorio se incrementa la oferta de personas dispuestas a prestar servicios en una región donde la mayoría de las personas salen al “rebusque” diario. Si bien la migración tiene efectos positivos con mano de obra experimentada en servicio al cliente, belleza, cocina y actividades profesionales. El mercado laboral guajiro, ya débil, se afectará notablemente con la llegada de nuevas personas en busca de trabajo e ingresos.
Lo que pase del otro lado de Paraguachón tendrá serios efectos en nuestro departamento. Además del tema migratorio, donde incluso familiares de guajiros que viven en Venezuela se verán afectados, el departamento sufrirá una presión adicional en sus finanzas públicas, el mercado laboral y la economía departamental. No debemos ser indiferentes ante la situación. Más allá de la indignación, desde el departamento debemos preparar medidas para afrontar la crisis, y ojalá el gobierno nacional nos de la mano con acciones y proyectos concretos que trasciendan lo discursivo e ideológico. Venezuela necesita del apoyo de todos y como guajiros debemos reconocer la relación histórica de hermandad y familiaridad con el estado Zulia y amparara nuestro país vecino.