Por Abel Medina Sierra – Investigador cultural.
*Las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de revistaentornos.com
Riohacha vive un momento clave para decidir si seguimos ensimismados en lo doméstico o si pensamos con visión regional; si continuamos enfrascados en remodelar parquecitos, o le apostamos a obras de profundo impacto en la vida ciudadana; si prolongamos más la espera que se materialice la categoría de Distrito Especial, Turístico y Cultural, o si eso solo sigue siendo un saludo a la bandera o un formalismo de papel; entre si se gobierna con un proyecto de ciudad a largo plazo, o si se sigue ejerciendo gobernanzas apremiadas por lo contingente.
El escenario preelectoral se muestra reñido en la carrera hacia la Alcaldía de Riohacha. José Durán, Genaro Redondo y Eriberto Ibarra son las opciones más cercanas a regir el próximo cuatrienio. La carrera inició con un amplio y claro favoritismo de Genaro Redondo, una figura ya conocida por su trayectoria como médico y político. “Apechichado” y aupado por las dos más grandes casas políticas de Riohacha y La Guajira, era previsible un triunfo arrollador y fácil.
Eso, quizás, fue su gran talanquera, el candidato se durmió en sus laureles, se apoltronó en el confort y quiso dejar el peso de la campaña en el hombro de sus padrinos y no en las manos de la comunidad. Hoy, desesperado por las cifras de los sondeos y el rumor del bembeo, es que decide irse a dormir una noche con una humilde familia de comuna deprimida, hoy es que se acuerda dónde están los votos.
Particularmente, no confío en un candidato que poco preció al ciudadano y se preocupó más por el músculo financiero y respaldo de caciques. No confío tampoco en un médico al que vi y escuché en un centro ambulatorio, preocuparse más porque los pacientes le entregaran listas de votantes que en el motivo de su consulta. No confío en alguien cuya gobernabilidad está tan empeñada que no es previsible la independencia. No confío en un candidato que acude solo a la demagogia electoral y no explica cómo va a sacar a esta ciudad de los últimos lugares en competitividad, desempleo, salud y educación.
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“Beto” Ibarra ha despuntado últimamente, ha logrado unificar el resquebrajado Pacto Histórico, un candidato con mucho respaldo en la zona rural y una nombradía bien lograda. Alianzas claves agregan esperanza a su bandera política. Sin embargo, creo que las fuerzas no le alcanzarán esta vez para llegar al triunfo.
José Durán Rodrígez es la otra opción. Inició con una campaña que para algunos era tibia. Después demostró que era estratégica: estaba escuchando. Porque no se estructura un programa de gobierno pertinente y menos se gobierna bien si antes no escuchamos las demandas de la ciudadanía, no palpamos sus necesidades, no se concilia la visión de ciudad que tiene el candidato con las aspiraciones de los votantes.
Joven, preparado, bien respaldado por sus consejeros, con experiencia en el cogobierno, con el mapa de las necesidades de la ciudad bien cartografiado y recorrido. Durán tiene cómo hacerlo bien.
Venimos de varios periodos de continuidad, sin ahondar en las falencias y logros de cada uno, las cifras nos siguen arrinconando en el último lugar en desarrollo de las siete capitales del Caribe colombiano. Eso demuestra que Riohacha requiere, con urgencia, un “cambio de mano”, un viraje en la manera de administrar; un sesudo, estratégico y bien ambicioso plan que nos erija como destino turístico capaz de competir con Santa Marta, Cartagena y San Andrés; una ciudad amable que explote turísticamente nuestra principal reserva: la diversidad y la cultura.
En estos días, un grupo de cultores hizo su primer acercamiento con José Durán. Un escenario propicio para que, desde el sector cultural -la llamada quinta pata del desarrollo de la sociedad-, se conciba profundas transformaciones en lo social, lo artístico y lo simbólico. Durán, por eso, conviene.
Mientras otros candidatos, conciben la ciudad solo desde la materialidad de las obras domésticas que solo atomizan el presupuesto para pagar favores electorales, Durán está pensando en obras de hondo calado social y la base de un desarrollo cultural como sustento del despegue definitivo de la llamada Fénix del Caribe.
Por eso, mi apuesta es por José Durán, veo un camino más despejado y bien concebido para que recuperar la gran Riohacha del declive.