Con el sello editorial de la Universidad de los Andes, el texto publicado originalmente en ingles y traducido al español, compila un largo trabajo de investigación que acercó a la autora a la tierra de sus ancestros pero que conserva la distancia objetiva que impone el rigor académico, la abundancia de fuentes y bibliografía, la mirada etnográfica y global y la prevalencia de muchas voces y perspectivas.
El punto de partida de la tesis de Lina Britto se fundamenta en dos preguntas a las que ha dedicado dos décadas de trabajo de investigación desarrollados en 350 páginas y tres capítulos medulares, Ascenso, apogeo y declive. Las preguntas incitadoras ejes del contenido y la reflexión son: ¿Cómo fue posible que una región periférica se transformara en la cuna del tráfico ilícito de drogas que hizo que la republica colombiana del café se convirtiera en una nación productora de narcóticos? ¿y como fue que este primer boom de las drogas ilícitas no solo declinara, sino que después cayera en el olvido?
El teatro del Magdalena Grande, en especial el territorio de La Guajira y La Sierra Nevada de Santa Marta fue convertido en un laboratorio para las estrategias globales de lucha antinarcóticos de los Estados Unidos en sus esfuerzos por reprimir los cultivos ilícitos en Suramérica, salvaguardar su hegemonía global y garantizar para Colombia la protección de su soberanía nacional. Para ello la política internacional y diplomacia de los dos países se centró en hallar concierto para el militarismo desprendido de la Guerra Fría. Este argumento se explora y se explica en el contenido que culmina atribuyendo el declive del boom de la marihuana al auge de la cocaína y el empoderamiento de las mafias de Antioquia y el interior del país.
“Este es un brillante estudio del fenómeno que nos llevó de vivir en el realismo mágico a sufrir el realismo mágico” afirma el historiador y fotógrafo Santiago Rueda Fajardo como comentario preliminar de la obra. Y es que, de los testimonios obtenidos en el recorrido a lo largo y ancho de La Guajira, El Cesar y El Magdalena confluye la prosa mítica de los criollos contando episodios parecidos al trajinar de los contrabandistas tras la pista de la carpa de La candida Eréndira, muchos de los cuales refieren mejor suerte que Tite Socarras arruinado por la tutela de El Almirante Padilla.
Es preciso destacar en el trabajo de Lina Britto, el lenguaje logrado por la autora que ofrece un exitoso dialogo de las técnicas narrativas del periodismo con la profusión del discurso académico mezclado con los métodos de la antropología y la historia.
La autora encabeza el final de la obra referida a las conclusiones con una sentencia que se constituye en determinante para la lectura sin prevenciones: “El objetivo de este libro ha sido iluminar la fragmentaria evidencia disponible para descifrar las causas de su auge y caída, las motivaciones de sus protagonistas y las consecuencias políticas, sociales y culturales del boom de la marihuana que hoy todavía reverberan con nosotros”.
Colofón: Inmerso en la lectura de la obra de Lina Britto me incita pensar como lector sobre las confluencias en el ADN de la generación de guajiros nacidos en las décadas de los 70 y 80, de los efectos sociales, políticos, económicos y culturales que perviven en estos tiempos. Los comportamientos sobre el manejo del poder, el lenguaje de violencia propio de las relaciones sociales, el machismo (o masculinidades honorables como lo define en la introducción de la obra) arraigado a comportamientos violentos y conservaduristas y la trepidante aspiración del ascenso social sin importar los medios. Hay que leerla para iniciar un nuevo debate.