En nuestros días, la obesidad se ha convertido en la enfermedad más predominante sin distingo de edades, ni género; y con ella se han generado un incalculable número de dietas que profesan ser las más efectivas para perder esos kilos de más.
Algunas prometen perder 20 kilos en un mes, otras prometen derretir toda la grasa acumulada, lo cual suena bastante atractivo para aquellas personas que en su desespero desean bajar de peso sin importar los medios.
Entre las dietas más sonadas se encuentran la dieta detox, el ayuno intermitente, la dieta paleo, la dieta crudivegana, dieta low carb, la dieta proteíca y la que está de moda últimamente en las redes, la dieta cetogénica, pero es importante analizar que tienen todas estas dietas en común.
Varias son llevadas de manera irresponsable por instinto, otras son recomendadas por la amiga que le funcionó, otras son publicitadas por los influencers que lo hacen por dinero, pero ninguna es guiada por un profesional de la salud, nos parece más fácil consultarle al doctor Google sin tener en cuenta que todos los organismos no son iguales y cada quien tiene unas necesidades específicas.
Luego de un tiempo se empieza a padecer del efecto rebote, ese que hace subir el doble de lo que se adelgaza, pero, ¿Por qué sucede esto? La respuesta es muy sencilla, porque ninguna dieta por si sola ayuda a perder peso y mantenerlo durante el tiempo, luego de perder esos kilos de más y sentirse satisfechos vuelven a comer esos alimentos que restringidos y que tanto les encantan.
Esto sucede porque no se adquieren hábitos, simplemente pasan por una transición en la que el objetivo principal es perder peso, dejan de comer harinas porque engordan, dejan de comer frutas porque tienen mucha azúcar o peor aún, se saltan comidas porque lo único que les ayudará es mantener la boca cerrada.
Todos deben ser conscientes de que la salud debe ser el primer objetivo para perder peso, no la estética, hay personas con sobrepeso que son sanas y flacos que viven enfermos, entonces está comprobado que esto no es vanidad, es salud; si aceptan esto, deben ponerse en manos de un profesional de la salud que les enseñe a comer, que les enseñe hábitos saludables los cuales se mantendrán toda la vida.
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Así, si algún día le provoca comerse un postre lo haga con conciencia y no con remordimiento, que cuando vaya a comer sea un momento inspirador en el que tendrá alimentos reales, de todos los colores, que aprecie en su plato un balance y un equilibrio representado por la combinación de un buen carbohidrato, una proteína, una grasa saludable y muchas verduras, sin dejar a un lado las frutas, así lo recomienda la OMS. Coma despacio para que su cerebro reciba la señal y deje de comer cuando esté satisfecho y no cuando sienta que su estomago va a reventar.
Esta es la mejor dieta, la más efectiva, crear hábitos saludables que se mantendrán en el tiempo, ya que aprendió a comer para nutrirse y no para llenarse el estómago.
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