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Por Edison Hernández Pimienta – Miembro de la Academia de Historia de La Guajira, periodista y locutor pionero de la radio colombiana en La Guajira.
La celebración de la Navidad nos permite recordar el demencial plan genocida de Herodes, cuando José, alertado en sueños por un ángel enviado por Dios, tomó al niño y a su madre y huyó a Egipto, como cualquier familia colombiana escapando despavorida de su tierra por la persecución de grupos armados al margen de la ley.
Jesús también fue desplazado de la violencia porque la padeció en carne propia. Mas sin embargo, el mensaje sublime de Jesús nunca fue el odio, la venganza ni la muerte. Todo lo contrario, el amor, el perdón, la reconciliación y la misericordia, virtudes que desde su milenario peregrinaje por el mundo ha sido difícil arraigar en la generalidad del alma humana e incluso en la de quienes se han proclamado y se proclaman cristianos.
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De ahí la vigencia siempre renovada del ejemplo y las enseñanzas del niño nacido en Belén.
A los grandes hombres se les recuerda por sus obras. Hoy el mundo entero recuerda a Jesús, no por su nacimiento, sino por lo que hizo, por sus sabías enseñanzas.
Estos días deben darnos un lugar para el recogimiento y la reflexión. Para pensar en los valores cristianos que ennoblecen nuestras vidas; para proyectar hacia el futuro los propósitos de trabajar por una sociedad más humana y más justa, que en medio de la alegría y felicidad de hoy, nos acordemos de todo lo que nos falta por hacer para que Riohacha, La Guajira y Colombia, se conviertan en lugares apacibles y placenteros.
Somos parte importante en éste proceso, y creemos con vehemencia en la hora de la confianza en el destino promisorio de esta noble tierra.
La época de fin de año es tiempo propicio para celebrar con familiares y amigos, sin embargo, estos días no son de plena felicidad para muchos. La pandemia ha dejado incompleta a muchas familias, hay desempleados pasando dificultades, hay demasiados pobres con hambre cuando la abundancia de comida caracteriza estas festividades. Hay muchos desplazados por la violencia que deambulan por las calles pidiendo limosnas, y una gran cantidad de secuestrados en lo profundo de las selvas colombianas.
En medio de las tribulaciones es perentorio acordarse de lo que dejamos de hacer para que Colombia vuelva hacer esa nación apacible, grande y próspera que diseñaron los padres de la patria en el decoro, pundonor, libertad, orden, dignidad, respeto hacia Dios y las personasque nos rodean, honestidad y por sobretodo, la paz.
¡¡¡No hay dudas de que Jesús fue el ser más influyente de todos los tiempos!!!
