Enrique Zimmerman Ariza: Un talento de la música que se fue hace 27 años

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Por Edison Hernández Pimienta – Miembro de la Academia de Historia de La Guajira, periodista y locutor pionero de la radio colombiana en La Guajira.

Los colombianos solemos ser algunas veces indiferentes e ingratos con las figuras que han dado gloria, especialmente con la música.

Hoy, a través de este escrito, queremos rendir un homenaje a la memoria de quien fuera uno de los más desvelados cultores de la música colombiana en Riohacha, Enrique Zimmerman Ariza y su «Vieja Guardia», quienes supieron conquistar los aplausos y el cariño de sus paisanos, cuando con más amor por el arte que por los tediosos asuntos de la política (a la inversa de hoy), se reune con sus amigos para amenizar el ambiente en una celebración social o con motivo de las fiestas patronales de Nuestra Señora de los Remedios.

Fuimos amigos de Enrique Zimmerman por muchos años. Por tanto, pudimos apreciar su profundo amor por todo lo nuestro, por la patria y sus grandes esencias animadoras. El tenía la pasión de nuestra música popular, de lo que le otorga fisonomía a una nación, diferenciándola de las otras. Sabía que Colombia había vivido en plena capacidad lírica y con tiemas y vivas efusiones románticas.

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Sus canciones, valses, danzas, bambucos y pasillos, los aires de la patria, los confundió con los de otros maestros colombianos para darnos así una imagen de la nacionalidad con finos perfiles. En esta hermosa y adoctrinadora tarea se le fue la vida. Creando y recreando cosas como si fueran racimos de estrellas.

Con esta primorosa recordación evocamos el nombre de uno de los músicos más representativos de Riohacha. Anhelamos un empinado escenario en el cual se exalte y predomine por todo lo alto, nuestro arte nacional, el arte heredado de nuestros grandes cultores, quienes nos lo dieron junto con la patria y cuya pureza debemos conservar, estimular y defender.

Si algún día vuelve a brillar entre nosotros tan luminosa aurora, el recuerdo de Enrique Zimmerman debe ser la insignia, el gonfalón de ese nuevo evangelio y la razón de ser de tan necesaria cruzada y patriótica reacción.

El trabajo y los desvelos de Enrique Zimmerman Ariza no serán infructuosos, y su nombre, que encarna el de un noble y desinteresado artista, será alabado y encalado por las venideras generaciones en esta querida Riohacha que tanto espera de sus hijos dilectos en el campo espiritual, hoy a tiro de desfallecer al golpe de las influencias extrañas en la politica, en la ciencia, en la literatura, en las artes, y muy especialmente, en la música.

Al cumplirse este 19 de octubre un nuevo aniversario de su sensible fallecimiento, enviamos renovadas nuestras más sinceras manifestaciones de condolencia a sus hijos: Eliecer, Rafael, Álvaro y Luz María Zimmerman Gómez.

Paz en su tumba.

Foto: Egberto Bermúdez.

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