Noche nefanda: Atentado contra el Libertador

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Por Edison Hernández Pimienta – Miembro de la Academia de Historia de La Guajira, periodista y locutor pionero de la radio colombiana en La Guajira.

Hay noches que por la misma fuerza de los hechos, han quedado impresas en la memoria de la historia.

La noche triste, nos recuerda la masacre de los indios aztecas por parte de las tropas del conquistador español Hernán Cortés el 20 de junio de 1.820 en México; la noche de los cuchillos largos, cuando fueron ejecutados varios oficiales del ejército alemán sospechosos de conspirar contra Adolfo Hiltler en la Segunda Guerra Mundial.

Y la noche nefanda, del 25 de septiembre de 1.828, cuando un grupo de conspiradores atentó contra la vida del Libertador.

Mientras Bolívar se hallaba consagrado a sus labores administrativas, sus enemigos preparaban un atentado en su contra. Hubo varios intentos como el del baile de máscaras en el Coliseo, otro preparado por el venezolano Pedro Carujo en Soacha y otro para el 28 de octubre, pero el verdadero intento, fue anticipado debido a la denuncia hecha por el capitán Benedicto Triana, y fue el perpetrado el 25 de septiembre de 1828.

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A la media noche los conjurados al mando de Carujo, asaltaron el Palacio de San Carlos en donde se encontraba el Libertador recogido desde muy temprano por encontrarse ligeramente afectado en su estado de salud.

Mataron a los centinelas, hirieron al teniente Andrés Ibarra y dieron muerte al edecan cor. Guillermo Ferguson, quien acudió presuroso al palacio a cerciorarse de lo que allí estaba ocurriendo.
El Libertador quiso hacer resistencia, pero aconsejado por Manuelita Sáenz, se arrojó por la ventana y se refugió debajo de un puente. Allí, a medio vestir, permaneció hasta el amanecer cuando ya sus amigos habían dispersado a los traidores y el pueblo y las tropas reales lo aclamaban.

Por esta acción, se aplicó el decreto sobre conspiradores y un tribunal integrado por cuatro jefes militares y cuatro letrados, llevó al patíbulo a 14 personas, entre ellas, a nuestro héroe Almirante Padilla, quien en ningún momento tuvo participación en éstos acontecimientos.

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