Generando espacios para el desarrollo integral y creativo de niños, niñas y jóvenes tanto de la zona urbana como la rural de Riohacha a través del programa Unidades Locales de Cultura – ULC, se dio inicio al proceso de formación en disciplinas artísticas como teatro, danza, música, piano, acordeón, guitarra, tamboras, canto, piano, percusión (caja, tumbadoras, guacharacas), banda (instrumentos de viento), manualidades, artes plásticas, literatura y promoción para el fomento de la lectura.
Este proyecto liderado por la Alcaldía de Riohacha por intermedio de la Dirección de Cultura, se desarrolla con la Corporación Cultural Jayeechi mediante el contrato de colaboración 008 de 2020.
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Los corregimientos de Barbacoas, Tomarrazón, Galán, Villa Martín, Arroyo Arena, Perico, Camarones y Matitas, son las poblaciones del área rural donde de manera semipresencial y virtual se les capacita en diversas líneas artísticas.
Asimismo, se realizan núcleos de estudio en los barrios La Lucha, 31 de Octubre, Villa Fátima, Las Tunas, Centro, Coquivacoa, Comuna 10, la Biblioteca Pública de la comuna 10, Barrio Paraíso y La Esperanza.
Cabe precisar que a cargo de la coordinación de las ULC está el licenciado Alfredo Acosta acompañado por reconocidos artistas y cultores como Javier Julio, artista plástico; Enrique Berbeo, maestro en teatro y director de la Corporación Cultural Jayeechi; Allendis Sierra, instructor de acordeón; Francisco Arroyo, maestro de amplia trayectoria en instrumentos de viento; Edgar Gómez, Fredy Flórez y Darrin Torrenegra en música, y Oscar Parra, escritor, poeta y director de la Fundación Leer, Pensar y Escribir, en literatura y promoción lectora.
Para el maestro Francisco Arroyo, “esto ha sido una experiencia interesante y novedosa ya que por la pandemia del COVID-19 nos ha tocado ingeniarnos y alternar el aprendizaje musical, los estudiantes arrancan con clases semipresenciales de Trompeta, Clarinete, Saxofón alto y Saxofón tenor, Trombón de vara, Bombardino y Flauta Dulce. Además de lo básico el pentagrama, las notas y figuras musicales”.
Por su parte, Oscar Parra, asegura que la experiencia ha sido muy bonita “es una manera de seguir inculcándoles y acercándolos al mundo lector. Estoy tomando elementos de su entorno para que se puedan acercar a la realidad por ejemplo en el barrio Villa Fátima enfatizó su relación con el rio y las inundaciones “.
Advierte el docente que en el ejercicio ha encontrado relatos que reflejan su realidad como el abandono, la impotencia y la carencia. En el barrio La Lucha ubicado en la Comuna 10, trabaja con una población de niños migrantes y otros afectados por el conflicto armado aquí aplicó lo que a denominado “Leer para la vida para llenarlos de positivismo y esperanza”.
A su vez, destaca que esto es una fase de reencuentro, ya que se venía trabajando con toda la seguridad y el ánimo posible para que los niños y jóvenes recibieran las herramientas precisas para lograr un buen producto, teniendo en cuenta como él mismo lo precisa que “se tiene que manejar el distanciamiento social, ser más cuidadosos y puntuales”.
Por otro lado, Víctor Rivadeneira, niño afro de Perico dice que «le gustan los cuentos e historias de animales del bosque, aves, lagunas y ríos. Durante las clases comparte con sus amigos, juega, lee y hasta pescan Camarones». Añade que los cuentos son muy importantes porque “me enseñan a ser un muchacho de bien, educado, de buen comportamiento y me ayudan a salir adelante”.
Finalmente, el director de Cultura Distrital, Nicolás Lubo Matallana, indicó “que lo más importante es generar un proceso semilla que le permita a los niños y jóvenes dar el salto y desarrollas sus creatividades. Este año se hizo un piloto en este último semestre de manera mixta, ojalá el próximo año se logre desarrollar por lo menos durante 10 meses para tener constancia en el proceso”.