El inicio de la temporada de lluvias en La Guajira muestra que el arroyo Bruno está muy vivo

El inicio de la temporada de lluvias en La Guajira ha mostrado que el nuevo cauce del arroyo Bruno está muy vivo y que ha recuperado rápidamente su flujo, tal como lo hace normalmente. De acuerdo con datos del IDEAM, este arroyo es de tipo estacional y registra anualmente un período húmedo durante los meses de abril a mayo y en los meses de septiembre a diciembre, y un periodo seco entre los meses de sequía en los períodos de enero a abril y de junio a septiembre.

Las más de 19 campañas de monitoreo de fauna, hidrobiología y flora realizadas durante los cinco años siguientes a su modificación parcial, demuestran que el arroyo se ha convertido en un ecosistema que fortalece el corredor biológico de más de 25.000 hectáreas que conecta la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá.

Hoy en día, el nuevo cauce es un ecosistema estabilizado que brinda diferentes funciones ecosistémicas en el territorio. Más de 390 especies de fauna han sido identificadas en la zona, dentro de las que se destacan cuatro avistamientos de jaguar, especie indicadora del buen estado del ecosistema, lo cual confirma que el arroyo mantiene las condiciones idóneas para que las diferentes especies encuentren refugio, agua y alimentación.

Además, se han sembrado más de 12.000 árboles, y adicionalmente 2.000 han nacido naturalmente y pertenecen a cerca de 70 especies nativas, algunas en categoría de amenaza, como el roble, el ébano, el guayacán de bola, el carretonera, el puy y el ollita de mono,entre otras. Así mismo, el arroyo ha mantenido su flujo de agua, incluso en temporadas secas, demostrando su nivel de estabilidad, capacidad de manejo de inundaciones y buen estado de su ronda hídrica.

“Para Cerrejón es un orgullo ver los resultados de un trabajo responsable, teniendo en cuenta cada detalle, lo que nos permite tener un ecosistema lleno de vida, con fauna, flora y recurso hídrico. Un ecosistema que brinda servicios de provisión, regulación, y soporte; y que además se ha convertido en un punto clave de conectividad para facilitar el tránsito de fauna entre Serranía del Perijá y el valle del río Ranchería. El arroyo Bruno está muy vivo”, afirmó Luis Madrinan, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.

El proyecto, que contó con un minucioso diseño y ejecución, fue llevado a cabo bajo los más altos estándares internacionales y se ha convertido en un ejemplo de ingeniería ecológica en el país. Con las comunidades se han desarrollado diferentes iniciativas, como el establecimiento de acuerdos de conservación con Tigre Pozo y El Rocío que buscan proteger 235 hectáreas de bosques ubicadas en la cuenca media y alta del arroyo Bruno. Asimismo, con comunidades de Campo Herrera y La Horqueta, se adelantan sistemas agrosilvopastoriles y la creación de viveros comunitarios, entre otros.

CONTEXTO

Las obras de modificación parcial del arroyo Bruno consistieron en mover 700 metros al norte un tramo de 3,6 km, replicando las condiciones físicas y bióticas naturales en la cuenca baja del arroyo, en predios de propiedad de Cerrejón y ubicados dentro del área de sus títulos mineros. El sector en el que se llevó a cabo el desvío era una antigua finca ganadera, llamada La Holandesa, en la que no había presencia de comunidades.

El proyecto, licenciado y ejecutado con los más altos estándares sociales y medioambientales, está soportado por rigurosos estudios desarrollados por expertos nacionales e internacionales y fue objeto en 2016 de exhaustivas evaluaciones realizadas por la Mesa de Trabajo Interinstitucional ordenada por Tribunal Administrativo de La Guajira, la cual confirmó su viabilidad.

Para conocer más del proyecto, clic aquí.

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