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Recordando a Francisco J. Brito, un sábado de Carnaval y los 101 años del tradicional “Bando de Brito”

Por Marcos Antonio Barros Pinedo.

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«El que bebe se emborracha, el que se emborracha duerme, el que duerme no peca y el que no peca va al cielo, y puesto que al cielo vamos, entonces bebamos». Francisco J. Brito. 

Aparte de la tesis Laureada de la Universidad de donde era su rector.

Riohacha la ciudad alegre y tropical, epicentro de grandes bonanzas, tierra preñada de historia que se perfila con los mejores augurios hacia los destinos del presente milenio, se encuentra disfrutando de una nueva temporada de carnaval la verdadera fiesta de la clase popular de este Distrito, desde hace más de 250 años.

Que importante es para el pueblo riohachero invocar  aquellos tiempos de estas fiestas carnavaleras durante la temporada de 1919, teniendo como punto de referencia un hombre quien en vida era de constitución física espigado y dueño de un gran sentido del humor. Y hoy, precisamente, es sólo una leyenda y un mito: nos referimos a Francisco J. Brito.

El nombre de Francisco J. Brito está escrito con letras doradas en la historia de los carnavales del Distrito de Riohacha, a raíz de que por espacios de varias décadas más concretamente el sábado de carnaval alegraba los corazones de un pueblo soberano, a través de un espectáculo muy especial: “EL BANDO DE BRITO”.

EL NACIMIENTO DE EL BANDO DE BRITO 

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Corría el 31 de diciembre de 1917 y se avecinaba la pre y temporada de carnaval de 1918; en la casa de Santiago Zúñiga Zúñiga se efectuaba una parranda riohachera al calor del puro Brandy Pedro Domecq, con la presencia de Francisco J. Brito, Rafael Aarón Ucros, y el propio anfitrión. Antes de la despedida del año viejo el maestro Rafael Aarón Ucros ya con unos traguitos encima les dijo a sus compañeros de parranda: “feliz año nuevo, muchachos, y tengan presentes que se nos aproxima otra pre y temporada de carnaval fiestas que para nosotros significa alegría, leyendas y tradiciones . Pensemos pues, que podemos hacer para contribuir al éxito del carnaval de 1918”. Francisco J . Brito, rápidamente, le respondió al maestro Rafael Aarón Ucros: “ya tengo la idea, ustedes saben que durante todo el año en Riohacha suceden cosas insólitas dentro de su quehacer cotidiano. Entonces plasmemos esos hechos en un documento para posteriormente divulgarlos a través de la leída de un bando el sábado de carnaval”.

Magnífica la idea, eres muy inteligente muchacho, respondieron casi al mismo tiempo Rafael Aarón Ucros y Santiago Zúñiga Zúñiga, y enfatizaron: “brindemos, Francisco J. por el año nuevo y por el nacimiento de “El Bando de Brito”.
En los días de pre-temporada de carnaval éstos tres personajes cumplieron con su promesa de escribir los hechos insólitos sucedidos durante el año 1917. Y la publicación del primer BANDO DE BRITO fue el 27 de febrero de 1918. Su presentación ante el pueblo riohachero fue tan exitosa que su celebridad traspasó las fronteras patrias, lo que permitió su promulgación por espacio de más de cincuenta años, única y exclusivamente el sábado de carnaval.

De las tantas letanías craneadas por el maestro Rafael Aarón Ucros, Santiago Zúñiga Zúñiga y Francisco J. Brito, destaquemos aquella leída el sábado de carnaval en pleno Gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, que dice: “para trabajar por el bienestar de los indios wayuu y aliviarlos de sus males, los militares convirtieron la cárcel de prisión en un hospital”.

“Ya no se puede sufrir ni de dolores de muelas, porque los miliatares dice que es viruela”. 

“¡Ayyy! de quien se queje que sufra de cualquier mal, porque la Junta de Higiene los envía a un basural”.

“La Junta de Higiene con sistema militar; no se preocupa por nuestro sistema ambiental, al compadre el “Pollo Brito”, es a quien le corresponde trabajar para salvarnos de una epidemia que puede ser fatal”.

El LÍO CON “EL TURCO” JORGE SAYE 

En el año de 1945 sucedió algo como de película. Fue el 4 de marzo cuando Francisco J. Brito totalmente desprevenido, acompañado de una gran multitud, le daba rienda suelta a la alegría y el humor encaramado en un carro de madera, arrastrado por una yegua. En la esquina de la calle décima con carrera sexta Francisco J. frenó la yegua negra con pinticas blancas .

Se acomodó bien pero muy bien, el sombrerito de copa negra con cinta roja que lo tenía un poco “voltiao”; se sacudió el saco levita que estaba impregnado de maicena lanzada eufóricamente por la gente carnavalera; se pegó un “petacazo” grande del Brandy Pedro Domecq e inició el Bando, así: “yo, como jefe supremo del Estado Libre de La Guajira en esta época de carnaval ordeno la creación de una biblioteca pública en la ciudad de Riohacha, con el aporte inicial de un libro escrito por el “turco” JORGE SAYE titulado: “TIRANDO A LA IZQUIERDA”. Con el prólogo del excelente literato Marcos Badillo Bonivento.

El “turco” JORGE SAYE que se encontraba entre la multitud, el estado de ánimo se le vino a tierra y se puso furioso al escuchar aquellas frases de Francisco J. Brito, en el inicio de su tradicional Bando de Carnaval.

Al día siguiente, el “turco”, le envío una enérgica carta a Francisco J. Brito con un desafío a muerte, porque para él fue un irrespeto a su dignidad cuando se le mencionó en el bando del día anterior como autor del libro “Tirando a la Izquierda”.

La reacción de Francisco J. Brito no se hizo esperar. Y haciendo gala del riohachero de racamandaca le contestó al “turco” Jorge Saye. En la carta le expresó que por favor le explicara cómo era ese desafío si por delante o por detrás para saber que arma llevaba.

Esta comunicación dio motivo para que el “turco” incrementara su ira e indignación. Así las cosas iban tomando camino de un posible enfrentamiento con pistolas en manos, al mejor estilo del Oeste Norteamericano. Más bien por el “turco” que se sentía ofendido por Francisco J. quien siempre tomó la difícil situación por el lado amable.

Afortunadamente, Elías Daez y Francisco Henríquez intervinieron para evitar un posible conflicto armado. Al final lograron que el “turco” y Francisco J., se dieran un efusivo abrazo. Luego se formó una tremenda parranda riohachera que duró tres días y tres noches en la casa de Elías Daez, ubicada en la calle sexta con carrera sexta, esquina.

Esta parranda fue memorable si se tiene en cuenta que en ella participaron: Rafael Aarón Ucros, Darío Henríquez, Rafael Salas, Ricardo “Carchi” Henríquez, Heriberto Sánchez, Diógenes Sierra y “Cochepe”, y toda una gama de riohacheros amigos del carnaval, la paz y la tranquilidad ciudadana.

ANIBAL BRITO HERRERA, REVIVIÓ EL BANDO EN 1983

En el marco de esta crónica no podríamos pasar por inadvertido el hecho de que en 1983, el hijo de Francisco J. Brito, Aníbal Brito Herrera, a petición de su sobrina Lira De Luque Brito quien para la época ostentaba el título de Reina Central del Carnaval de Riohacha, revivió El Bando de Brito.

Indudablemente que se volvieron a recordar hechos insólitos y los “Telegramas” alrededor de la vida cotidiana en esta ciudad trisesquicentenaria.


Uno de los “Telegramas” que desempolvó Aníbal Brito Herrera el sábado de carnaval de 1983, y que leyó en la calle séptima con carrera trece, dice así:

“Riohacha, febrero 24 de 1983.
Doctor
Eduardo Abuchaibe Ochoa.
Bogotá D.E.
Ante la crisis que vive el liberalismo por falta de liderazgo, todo puede suceder. En Río revuelto ganancias de pescadores.
Espero te hagas cargo de la jefatura única de nuestro glorioso Partido Liberal, en el Departamento de La Guajira.
Tu copartidaria que te estima y respalda,
Angélica Bernier .
«Neka».

Lo cierto es que el bando que revivió Aníbal Brito Herrera en 1983, aunque no lo hizo con la “chispa” humorística que caracterizó a su padre, no fue malo. Y de una manera muy singular contribuyó al éxito de una de las mejores temporadas de carnaval que ha vivido el hoy Distrito de Riohacha.

LA CUADRILLA PINTO 

En la época que Riohacha vivió sus mejores carnavales, hablemos de 50 años atrás, existió la comparsa llamada “La Cuadrilla Pinto”, cuyo comandante en jefe fue Francisco J. Brito.

Era un grupo de hombres que con disfraces de gran ingenio y particularidad hacían del carnaval un mundo lleno de diversión y fantasía.


Entre las personas que hicieron parte de la “Cuadrilla Pinto” se destacan: Francisco J. Brito, Ismael Henríquez Hernández, César Ríos, Manuel Luis Gómez, José María Ballesteros Salas, Heriberto Sánchez, “Monchito” Vidal, Pedro Gómez Ríos, Alberto Ricciulli Gómez, Lorenzo Gómez y Enrique Zimmerman. Esta “Cuadrilla Pinto” rumbeaba con las integrantes de la comparsa “El Maní”, compuesta por: Aminta Márquez, Sabina Sánchez, Margarita Castañeda, Carmen Ramírez, Juana Felicia Palacio y Carmen Ochoa.Todas éstas personas nombradas fallecieron hace varios años.

¿QUIÉN FUE FRANCISCO J. BRITO? 

Francisco Javier Brito, era hijo de Pedro Manuel Brito y Catalina Vanegas. Nació el 10 de octubre de 1884, en la ciudad de Riohacha, cuando caía un torrencial aguacero acompañado de rayos y centellas, su señora madre lo echó al mundo de los vivientes. Ese mundo lleno de contrastes, intrigas e ilusiones. Pero que al mismo, supo sonreírle con su estupendo sentido del humor, su abnegación al trabajo y su incomparable sensibilidad social.

Fue bautizado por Miguel B. Bruges y Josefa A. de Henríquez, en la catedral Nuestra Señora de los Remedios. A la edad de cinco años, un 24 de diciembre, recibió la primera bendición de su padrino, con la mano izquierda.

Por eso, se caracterizó durante su vida por ser alegre y carnavalero. Y a la vez le sacaba “punta” a todo lo que se le venía en su pensamiento.
El 10 de marzo de 1919, contrajo matrimonio con la respetable dama Clemencia Herrera, de cuya unión nacieron: Pedro, Aníbal, Santander, Bolívar, Jaime, Reyes y Mercedes Brito Herrera.

Con la matrona riohachera Margarita Castañeda, también tuvo una “prole” de ocho hijos: Edison, Amira, Héctor, Zenaida, Pedro, Miguel, Francisco y Antonio Brito Castañeda.

La descendencia de Francisco J. Brito, hoy en día, ostenta una importante representatividad en el panorama profesional, político, y social, en el Departamento de La Guajira.

“Merendarse un huevo frito sin condimentarle sal, es como un carnaval Sin Francisco J. Brito”.

Carlos Valdeblánquez Morew

“El que bebe se emborracha, el que se emborracha duerme, el que duerme no peca y el que no peca va al cielo, y puesto que al cielo vamos, entonces bebamos”.

Francisco J. Brito.  Aparte de la tesis Laureada de la Universidad de donde era su rector.

“Coma, Beba y sea Feliz”.

Nombre de la Universidad Fundada por Francisco J. Brito.

En el aspecto de su vida cotidiana, Francisco J. Brito fue un avisorado comerciante. Su negocio estaba ubicado en la Avenida 14 de Mayo, con la carrera quinta, esquina en el área de la librería.
También tenía una agencia despachadora de barcos a diferentes ciudades de la Costa Caribe Colombiana. Los barcos eran: El Dorman, El Alfa, El Yoli, El Omega, El Riohacha y El Caribe.

El Caribe fue el barco de hierro que viajaba de Barranquilla a Riohacha, trayendo mercancías y cemento al Distrito de Riohacha. Hasta que un día decembrino, a causa del fuerte oleaje, soltó el amarre del muelle local, y se desprendió hacia la orilla y encayo en la playa riohachera .
En alguna ocasión, Francisco J. Brito, se inspiró en el barco El Caribe para no darle 20 centavos a una de sus nietas.

Cuando su “nietecita” le dijo: “Abuelo, regálame 20 centavos para comprarme un caramelo”. Francisco J. le respondió: “niña, no tengo plata, estoy más varao que El Caribe”.

COMA, BEBA Y SEA FELIZ

Francisco J. Brito  a través de los famosos bandos de carnaval, narró año por año, todas los hechos de su pueblo en forma picaresca, recibiendo los aplausos, como si se tratara del antiguo rey al leer en un pergamino las buenas nuevas a sus súbditos.

En 1950 fundó la Universidad “Coma, beba y viva feliz”, cuya principal carrera era “La Ingeniería del Sistema Etílico” con tesis Laureada que decía así: el que bebe se emborracha, el que se emborracha duerme, el que duerme no peca y el que no peca va al cielo, y puesto que al cielo vamos, entonces bebamos.

La Universidad estaba ubicada  en la calle la Marina donde actualmente está ubicado el edifico San Rafael, de la cual fue siempre su rector. En ella reunía sus amigos para pasar el fin de semana que eran el pensar de la época, los mejores por su sabor humorístico y enseñanzas folclóricas que recibían. Se esmeró por crear más espacio para dar más espacio a los alumnos, más recreación por su cercanía al mar y muchas otras condiciones que vislumbró a su único rector hasta el día de su fallecimiento. Al final de año les llegaban sus diplomas y menciones humorísticas a los mejores alumnos y a los que no habían fallado nunca.

Entre su alumnos más sobresalientes se encontraron: Rafael Salas, Heriberto Murgas, Lucho Deluque, Lucas Paz, Jose Orcasitas, (hoy todos fallecidos) quienes obtuvieron el título de Maestros Emeritos. La clausura de la Universidad siempre se hacía el 31 de Diciembre y algunas veces para cerrar el año, eran invitados algunos personajes de la vida pública nacional y regional.

Francisco Brito a cualquier amigo o socio le sacaba una letanía, y decía que Dios cuida a sus borrachitos.

EL FINAL DE FRANCISCO J. BRITO 

El gran caballero del humor se fue de este mundo el 6 de junio de 1974, y desde el mismo momento de su muerte es historia, es leyenda, que engalana las hojas de los viejos almanaques guardadas en los baúles de los recuerdos y que mancilladas por el paso inexorable del tiempo les dicen a las viejas, nuevas y futuras generaciones, lo importante que fue Francisco J. Brito para el éxito de los carnavales del hoy Distrito de Riohacha.

Para culminar quien escribe esta crónica tuvo la suerte, en su niñez, de presenciar este popular espectáculo carnavalero. Por ello en esta temporada de carnaval de 2019, cuando se cumplen 101 años del tradicional Bando de Brito y añora el rescate de los valores esenciales de nuestras tradiciones, he tenido la osadía de “meterme” en el “Túnel del tiempo” para invocar en forma directa y con mucha satisfacción, el recuerdo de aquel Riohacha que se fue. Y… pare de contar.

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