Por Abel Medina Sierra
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Alfredo Deluque Zuleta es en los últimos años, la figura política más influyente de La Guajira. Resultó no solo superando las habilidades políticas de su padre, el ex gobernador Hernando Deluque, sino que estratégicamente fue relevando y relegando al hasta hace poco indestronable Jorge Pérez Bernier, hasta cooptar las fuerzas del movimiento Nueva Guajira, otrora hegemónico en el departamento. Su sagacidad y cálculo han hecho que lo llamen “El ajedrecista”, por su capacidad para lograr alianzas que le han garantizado varios periodos en el Congreso, poner varios gobernadores y alcaldes. Odiado por muchos, aupado jubilosamente por otros, no deja de ser un referente ineludible de la política regional.
En su periplo como representante y ahora senador por La Guajira es poco lo ha logrado para tantos años en el Congreso. Una vez gana su curul, Deluque instala su reino en Bogotá y poco se sabe de él hasta que se acercan de nuevo los comicios. Sobran dedos en las manos para contar las realizaciones que los guajiros debemos a la gestión parlamentaria de Deluque con todo que ha gozado del privilegio de mayorías y haber pasado hasta por la presidencia de la Cámara de Representantes.
Pero, algo vino a romper ese ciclo entre activismo situado y dinámico y silencios anodinos desde sus oficinas de Bogotá: la llegada de Gustavo Petro y un gobierno progresista al poder. Esto nos sirvió para conocer al otro Alfredo Deluque: ahora sí opina, ahora casi a diario los medios regionales reproducen sus reclamos, sus impugnaciones, su voz de protesta, sus denuncias. Si durante los gobiernos de Santos y Duque, nunca alzó la voz para defender a los niños que mueren de física hambre, ahora casi a diario se manifiesta y hasta pide intervención de la Procuraduría y Contraloría.
Este inusitado giro nos obliga a preguntarnos: ¿Ahora sí Alfredo Deluque decidió defender con vehemencia la causa guajira y servir de intérprete de sus necesidades? Ojalá así fuera. De eso tan bueno Deluque no ofrece tanto. Deluque antes nunca se pronunciaba sobre el tema de la desnutrición y la protección a la infancia guajira, no porque todo estaba bien, es vox populis en La Guajira que tras las fundaciones con mayor número de cupos para primera infancia estaba Alfredo Deluque. Nada más es preguntarles a las docentes, auxiliares, coordinadoras de fundaciones que ejecutan programas de ICBF para que nos digan quién es el “verdadero jefe” detrás de quien aparece como representante legal de esas poderosas fundaciones. Algunas confiesan como, para conseguir el cargo han conseguido como palanca a Deny Zuleta, madre de Alfredo y que, para tiempos preelectorales, tienen que ponerse la camiseta de los candidatos que apoya la casa Deluque. Nada de esto es secreto en La Guajira.
Con el nuevo gobierno y la dirección de Astrid Cáceres, sí que la está viendo negra Deluque ya que están desnudando a las fundaciones de papel con un mismo dueño que han manejado los recursos del Estado para la niñez guajira y corresponsables de la muerte de cientos de menores y la explotación de su personal operativo. Es común escuchar que se le está dañando el negocio a Deluque con este gobierno y esta y no otra, es la razón de sus pataletas y rabietas mediáticas.
Deluque van con todo para recuperar sus cupos se oye decir en las afueras del ICBF donde algunos de los empleados de estas fundaciones mantienen una toma. Ha llegado incluso, a ser partícipe activo de un bloqueo a toda La Guajira para pelear sus privilegios. Se está oponiendo a todo lo que el gobierno Petro proponga, así sea en beneficio de La Guajira. El ajedrecista, esta vez luce desesperado, desaforado y tratando de alarmar con el discurso que si el ICBF cambia la modalidad de operación se van a morir los niños de hambre. Lo cierto es que ya se vienen muriendo en manos de sus fundaciones hace años y que a los únicos que no les conviene esta modalidad es a él y otros contratistas.
El senador Deluque fue de los primeros en oponerse a los decretos de emergencia que el gobierno expidió para intervenir el estado de cosas inconstitucionales de La Guajira. Para muchos analistas, la pataleta era porque los dineros no se le iban a girar a la Gobernación de bolsillo que ha tenido, sino que los ejecutaba el gobierno central. Se ha ido lance en ristre contra el programa de suministro de agua a través de carrotanques dizque porque no son aptos, como si en la historia de La Guajira fuera la primera vez que se usa esta manera de proveer agua a estas comunidades. ¿Será porque los recursos los manejó el travieso de Olmedo y no su pupila Andreína García? Averígüelo Vargas.
Lo cierto es que, este revés político con los cupos de ICBF ha servido para mostrarnos un Alfredo Deluque aguerrido, desafiante, “dolido” por nuestra niñez y la falta de agua en las comunidades indígenas, al fin se acordó que hay una Procuraduría y Contraloría para denunciar. Ojalá le sigan cortando el chorro para que, de esta manera, así sea una impostura cuya careta se cae cuando le den mermelada, al menos demuestre que es un representante del pueblo guajiro y un defensor de sus aspiraciones.