Por Hernán Baquero Bracho
Villanueva, esta tierra hermosa, llena de tantas leyendas, de tantas fábulas y de tanta fantasía, ha vivido momentos de gloria, momentos de tristezas, momentos inolvidables y momentos de transición. Momentos de gloria, porque nuestro pueblo se convirtió en el líder absoluto del Sur de La Guajira, en una época en que se vivió el renacimiento total en la política, en las artes, en el deporte, en la economía, en el profesionalismo y en la intelectualidad.
En la política, Villanueva contó con grandes líderes que le dieron apogeo a este pueblo querido: Rodrigo Dangond Lacouture, Román Gómez Ovalle, Luis Felipe Ovalle Isaza y Tomás Velásquez Sánchez; ellos ocuparon escaños en el Senado, en la Cámara de Representantes y en la Gobernación de La Guajira, para bien de Villanueva. Luego, el liderazgo se fue perdiendo y Villanueva fue quedando rezagada a lo que es hoy, porque esto con un liderazgo casi nulo en la política departamental, regional y nacional; más tarde, el pueblo unido dio una demostración de unidad y votó en forma abrumadora por Narciso Guerra Torres y Julio Guillermo Bula Bula a la Asamblea Departamental y buscaron otra vez ese liderazgo perdido en los confines de la indiferencia de casi todos los villanueveros, pero otra vez, ese liderazgo se perdió y Villanueva cayó en una oscuridad total; más tarde, personajes como José Joaquín Vence, en corto tiempo, dejó huellas en su paso por la Camara de Representantes y logró ser ponente en Comisión y en Plenaria, del proyecto de ley que declaró al festival Cuna de Acordeones, en Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación. Luego llegó la violencia, con los jinetes del apocalipsis y fue el acabose casi total de este pueblo luchador e histórico en la geografía colombiana; los resultados son por todos conocidos y Villanueva volvió a salir del ostracismo, gracias a la política de seguridad democrática y eso hay que aplaudirlo y en las pasadas elecciones presidenciales, Gustavo Petro fue arrollador en la victoria, porque pueblo unido, jamás será vencido.
Hoy, Villanueva vuelve a ser un remanso de paz, de confianza y de credibilidad. Este pueblo volvió a recuperar esa confianza perdida en casi todos los órdenes: en lo cultural, el festival Cuna de Acordeones ha convertido a Villanueva en la ruta obligada del turismo nacional y los que se fueron en éxodo, por culpa de la violencia, volvieron a su tierra natal y en la política también se ha venido recuperando esa confianza. Vinieron obras que se ejecutaron en el momento por parte del exdirector de Indeportes de La Guajira, Jhon Montero Daza. De esa manera, el liderazgo volvió a florecer en la tierra bella, quien no lo quiera reconecer o está ciego o mira por el ojo cojo; fue la época en que los villanueveros se hicieron sentir en Riohacha y mostraron liderazgo y empoderamiento por su pueblo. Recientemente estuvo de gobernador encargado el jurista José Jaime Vega Vence, quien cumplió a cabalidad con su misión y su visión de gobernador y aunque a pesar de las diferencias con el actual alcalde, gestionó obras en bien de Villanueva que hoy estan en construcción. José Jaime Vega es un líder innato, no solo de Villanueva, sino de La Guajira toda.
Después de Román Gómez Ovalle, que fue un excelente líder a nivel nacional, también el liderazgo del exalcalde y exdiputado Julio Guillermo Bula Bula, de los grandes oradores insignes de La Guajira, luego, un joven de las entrañas del mismo pueblo, Javier Socarrás Amaya, se atrevió a aspirar a la Cámara de Representantes, por las Negritudes, logrando posicionar su nombre con una votación por encima de los guarismos esperados y de esta manera ha mantenido un liderazgo innato en él, desafiando intereses de la política local y siempre presente en las elecciones de la alcaldía municipal. Con la excaldesa Claudia Gómez Ovalle, Villanueva recuperó ese brillo en lo cultural, con la presentación del artista Carlos Vives, en la plaza principal, que fue la locura total y en obras tan importantes como la recuperación y la restauración total de la casa de la cultura Rafael Antonio Amaya, la construcción de 354 viviendas con la urbanización Román Gómez Ovalle que se convirtió en la noticia regional y nacional en ese año, porque este programa no llegaba a Villanueva en décadas y otras obras de relevancia para el municipio.En la administracción de Luis Alberto Baquero Daza, las obras se vieron por doquier, tanto fue el impacto, que se le conoce como el alcalde de las obras, no solo en su cuatrienio sino las que dejó adjudicadas para que las construyera el alcalde actual, entre las cuales destacamos las 140 viviendas en la urbanizacion Villa Lucila y las placas-huellas a la vereda El Eneal y en lo cultural el brillo se destacó, en especial, en La Noche de los Mejores. Villanueva no ha podido recuperar su brillo que lo perdió de manera intermitente, por el vacío en que cayó, ni en el Congreso de Colombia y en algunos alcaldes que no tuvieron el brillo para mantener ese liderazgo y tambien por culpa de las circunstancias ajenas o propias de sus dirigentes. Hoy este pueblo hermoso está de nuevo en el plano ascendente de esa política nacional; porque gracias a las cosas que Dios pone en el camino y no todo sucede para mal, sino para bien y cuando suceden las cosas, si uno está preparado en el camino de Dios, se enriquece espiritualmente y es cuando la persona comienza a soñar por un camino iluminado y eso es lo que está sucediendo en el presente: un joven profesional ya está haciendo historia en la politica local, es Diego Baquero Altamar, dueño de un carisma sin igual y de una simpatía que despierta admiración y cariño por parte del pueblo villanueveo, es el nuevo líder de las nuevas generaciones de la juventud, que ven en él a su mayor representividad en toda su majestuosidad.
Diego Baquero Altamar es un joven profesional, ingeniero industrial, que encarna la esencia pura del pueblo, no solo de jóvenes, sino de las mujeres y de adultos con experiencia y sabiduría, temeroso de Dios, lleno de nobleza y de sentimientos de humildad y de sencillez, sin apariencia fingida en el trato con su pueblo y menos sin arrogancia y altivez, con un trato descomplicado y con sensatez y carácter, como él lo afirma con vehemencia y orgullo: «pueblo unido, permanece unido y Villanueva, a lo tuyo Tú». Así de simple, no se necesitan axiomas complicados, ni logaritmos a la enésima potencia para apoyar a un joven profesional que se ha ganado ese espacio y esa posición, a lo que aprendió a ser en lo que va de su corta, pero exitosa carrera en la política local, que en las pasadas elecciones a la alcaldía municipal, estuvo a un tris de lograr la victoria, pero el pueblo lo expresa tajantemente, que él fue el ganador, pero que algo raro ocurrió en la Registraduría y lo más seguro que así fue; porque tuvimos en contra al diablillo de la política villanuevera y algunos zorros que son especialistas en hacer tramoyas el día de las elecciones.
Villanueva necesita nuevamente presencia en la alcaldía municipal y recuperar el liderazgo perdido, por el bien de la tierra de la cuna de los acordeones y la posibilidad la tenemos a la mano, de permanecer unidos y votar por lo nuestro, por nuestra tierra, por el cambio, por esta tierra que merece mejor suerte. El camino está despejado y la oportunidad la tenemos al frente. Sin distingos de color político, sin distingos de raza o de clase social, Diego Baquero representa ese camino y esa oportunidad. Démosle la mano para que nuevamente llegue un hijo del pueblo, con preparación, para recuperar nuestro liderazgo y nuestra representatividad. Es el momento de cambiar la historia, porque Diego Baquero es el alcalde de la gente y esa verdad no necesita demostración, sino ejecución.