Domingo, 12:26

Por Vizo Arcieri. A las 12:26 de la tarde, el domingo tenía el mismo marasmo de un viernes santo, antes de la lluvia de siempre, que, decía mi abuela Carlota, eran lágrimas vivas del dolor de los clavos de Jesús, El Galileo, en el Gólgota. Los pájaros, que salieron a tomar, alegres, un baño de…

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