Paainwa: Un sueño camino a cumplirse

Por Maria Isabel Cabarcas Aguilar

En agosto de 2021, en el grupo Junta Mayor Autónoma de Pütchipü´üi de Facebook, apareció la invitación a un espacio de diálogo convocado por estudiantes de Uniguajira, quienes contarían con la presencia y apoyo de los miembros de ese organismo cultural colectivo. El encuentro sería en la comunidad Aujero en la mañana, y, había sentido en mi corazón, la necesidad de estar allí. Junto a mi querido amigo Alcides Escobar Pimienta con quien en ese momento hacíamos equipo en el Ministerio de Vivienda, nos dispusimos a acudir a aquella cita, intrigados también por el motivo de la convocatoria denominada: Kojutajirawaa que se interpreta en castellano como “valoración del respeto mutuo”.

Durante aquel círculo de la palabra, los mayores expresaron sus sentimientos y pensamientos respecto de la forma como los jóvenes transitan por los escenarios de formación en la educación superior, las barreras en el acceso digno, las dificultades para avanzar y culminar satisfactoriamente, y los retos de ubicación laboral de acuerdo con el perfil de los estudios culminados. Así mismo, expresaron su preocupación por la situación de vulnerabilidad que enfrentan, quienes no hallan un camino en la educación y terminan siendo instrumentalizados al servicio de la delincuencia, generando riesgos mayores para sí mismos, sus familias y comunidades.

Por su parte, los jóvenes expusieron las incontables situaciones vividas debido a las consecuencias de la dolorosa y retadora pandemia mundial que aún nos azotaba como humanidad, y que lamentablemente había causado que muchos quedaran PFU. Además, al no existir hasta ese momento medidas extraordinarias o procedimientos especiales para permitirles el reingreso, muchos habían desistido de continuar con sus estudios. Otros, reclamaban sus derechos amparados por la diferencialidad étnica y el reconocimiento de las realidades de los territorios a los que muchos habían regresado para salvaguardar sus vidas, y desde los cuales no se tenía acceso si quiera, a energía eléctrica, mucho menos a internet para continuar con las clases a través de las plataformas como meet o zoom de las que se valían los profesores para seguir conectados con el propósito de desarrollar sus clases. Y así, fueron pasaron las horas, hasta que todas las motivaciones del encuentro fueron expuestas en la mejor de las dinámicas, y por supuesto, habiendo compartido un delicioso yajaushi.

Entre las tareas asumidas una fue crucial: lograr un espacio presencial con el rector de la Universidad de La Guajira para exponerle las conclusiones de este espacio y que lográramos avanzar de la mejor manera, con el fin de dar solución a las situaciones planteadas. Nos recibió en su oficina, en un encuentro cordial al que todos acudimos afrontando responsablemente las medidas de bioseguridad. Varias de las acciones a emprender fueron entre otras, revisar los casos de los estudiantes wayuu quienes quedaron por fuera de la universidad, atender de manera prioritaria sus solicitudes, realizar acciones que evidencien el compromiso con el enfoque diferencial étnico desde las distintas áreas y programas de la universidad, y, también, avanzar en el diseño de la Cátedra del Sistema Normativo, lo cual resultaba urgente.

Tiempo después, Leopoldo Freyle volvió a Uniguajira, retomando sus estudios de Derecho. Por su parte, Dandy Osorio partió hacia Bogotá a cumplir el sueño de formarse como Abogada, ahora a través del Programa de Interacciones Multiculturales -PIM- de la Universidad Externado de Colombia, en el cual está terminando su tercer año de derecho. Yonar Flórez se graduó de su carrera, y Segundo Vangrieken está en camino también, a obtener su diploma como licenciado.

Recientemente, gracias a la destacada gestión estudiantil de Leopoldo, su incansable espíritu investigativo y el anhelo de dejar un valioso proceso que incluya voces y perspectivas de quienes hemos sido parte de cada paso de este camino, me llegaría la invitación a un espacio de diálogo intercultural denominado: Paainwa, con el fin de conversar sobre la pertinencia de la Cátedra del Sistema Normativo Wayuu, siendo este el propósito de su trabajo de grado.

Entre la academia, siendo el primer centro de pensamiento del departamento de La Guajira el lugar elegido para el evento inicial, y la comunidad, pues volvimos a Aujero donde se había realizado el encuentro en agosto de 2021, fuimos recibidos por las autoridades tradicionales, la hospitalaria rectora del centro etnoeducativo Rubia Espeleta, y contando por supuesto, con la presencia de las y los estudiantes de la universidad.

A Leopoldo Freyle, nuestro muy querido hermano, amigo y maestro, somos muchos quienes lo estamos acompañando en este camino: la Junta Mayor Autónoma de Pütchipü´üi, la Asociación Kojutajirawaa, la Fundación InspirARTE Aain, el poeta, escritor y gestor cultural Miguel Ángel López, las docentes Karen Redondo e Hilduara Barliza, Rosanna Arredondo, su extensa familia en el territorio y todos los que como él, creemos en el infinito valor de la cultura para crear puentes, integrando todas las miradas posibles a la comprensión del buen vivir, pues soñamos con una educación que reconozca, visibilice y perpetúe, la cosmovisión y los preceptos que por milenios han permitido la supervivencia física y cultural del más numeroso pueblo indígena de Colombia, los wayuu. Gracias Leopo por crear Paainwa y por avanzar de forma colectiva como nos enseñaron los ancestros, en el diseño e implementación, de la Cátedra del Sistema Normativo Wayuu en la Universidad de La Guajira.