Petro impulsa consulta popular para avalar sus reformas laboral y de salud
El presidente Gustavo Petro anunció que convocará a una consulta popular para que la ciudadanía decida sobre la aprobación de sus reformas laboral y de salud. La decisión se da tras el hundimiento del proyecto de reforma laboral en el Senado y la incertidumbre sobre el futuro de la reforma a la salud, que ya había sido rechazada en una primera versión.
Esta iniciativa presidencial abre un debate sobre el mecanismo de consulta popular, su viabilidad y el impacto que podría tener en el panorama político del país. Además, genera interrogantes sobre los tiempos, requisitos y posibles escenarios en caso de ser aprobada o rechazada en las urnas.
¿Qué es una consulta popular y cómo funciona?
La consulta popular es un mecanismo de participación ciudadana en el que los colombianos pueden decidir directamente sobre un tema de interés nacional, regional o local. A diferencia de un referendo, la consulta no genera una norma de manera automática, sino que obliga a las instituciones a tomar acciones en función del resultado.
En este caso, si la consulta se lleva a cabo y la ciudadanía vota mayoritariamente por el «Sí», el Congreso deberá legislar en consecuencia. Si no lo hace en los plazos establecidos, el presidente podría expedir un decreto con fuerza de ley para implementar las reformas.
Según la legislación vigente, la consulta debe formular preguntas claras y directas, que solo puedan ser respondidas con «Sí» o «No». Esto significa que el Gobierno deberá transformar el contenido de sus reformas en una o varias preguntas comprensibles para la ciudadanía.
¿Cómo se convoca una consulta popular en Colombia?
Existen dos formas de convocar una consulta popular a nivel nacional:
- Por iniciativa ciudadana: Se deben recolectar firmas equivalentes al 5% del censo electoral.
- Por iniciativa del Gobierno: El presidente, con el respaldo de su gabinete, puede presentar la propuesta al Senado de la República.
En este caso, Petro ha optado por la segunda vía. Para formalizar el proceso, necesita la firma de todos sus ministros y la aprobación del Senado. Si este da el visto bueno, el mandatario tendrá ocho días para expedir el decreto que convoque la votación, la cual debe realizarse en un plazo máximo de tres meses después de la aprobación.
¿Cuántos votos necesita la consulta para ser válida?
Para que la consulta popular tenga validez, debe alcanzar un umbral mínimo de participación, equivalente a un tercio del censo electoral.
Según la actualización más reciente de la Registraduría, el censo electoral colombiano es de 40.963.370 personas, lo que significa que la consulta solo será válida si votan al menos 13.654.457 ciudadanos.
Este es un reto significativo para el Gobierno, ya que en la segunda vuelta presidencial de 2022, Petro obtuvo 11.291.987 votos y en las elecciones regionales de 2023 participaron 23.038.752 personas en total.
¿Cuándo se realizaría la votación?
Si el Senado aprueba la consulta, el presidente Petro tendría hasta tres meses para fijar la fecha de la votación. En el mejor escenario para el Gobierno, esta se llevaría a cabo en julio de 2025.
¿Qué pasa si la consulta es aprobada?
Si la consulta supera el umbral y gana el «Sí», el Congreso tendría hasta el 16 de junio de 2026 para aprobar las reformas. En caso de que no lo haga, el presidente podría expedir un decreto con fuerza de ley.
Este escenario coincide con el último mes de gobierno de Petro, por lo que el tema podría convertirse en un eje central de la contienda electoral de 2026.
Reacciones y contexto político
El anuncio de la consulta popular ha generado diversas reacciones en el país.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, confirmó que el Gobierno sigue adelante con la iniciativa:
“A nosotros ya no nos importa si se hundió o no la Reforma Laboral en el Congreso. Ya el presidente tomó la decisión y la consulta va, sí o sí”, afirmó el ministro.
Además, destacó que el Ejecutivo ya tiene 11 de las 12 preguntas estructuradas y que el proceso avanzará según los tiempos establecidos.
Por otro lado, sectores de la oposición han expresado su rechazo a la iniciativa, argumentando que se trata de un intento del Gobierno por saltarse al Congreso y tomar decisiones sin el debido debate legislativo.
Mientras tanto, en las calles se han realizado movilizaciones a favor y en contra de las reformas. El pasado 18 de marzo, miles de ciudadanos marcharon en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Valledupar en apoyo a las propuestas del Gobierno.
Antecedentes de consultas populares en Colombia
Las consultas populares han sido utilizadas principalmente en el ámbito local para decidir sobre temas ambientales, mineros y de infraestructura. En algunos casos, han tenido gran acogida ciudadana, pero en otros no han logrado el umbral de participación.
Algunas de las consultas locales más relevantes han sido:
- Consulta minera en Cajamarca (Tolima, 2017): El 97,92% de los votantes rechazó la megaminería en el municipio, obligando a la multinacional AngloGold Ashanti a cancelar su proyecto «La Colosa».
- Consulta minera en Cumaral (Meta, 2017): Con un 98,4% de votos en contra, la comunidad frenó la explotación de hidrocarburos en la zona.
- Consulta minera en Fusagasugá (Cundinamarca, 2018): El 99% de los participantes votó en contra de proyectos mineros.
- Consulta en Jesús María y Sucre (Santander, 2017): Ambas rechazaron la exploración y explotación de hidrocarburos con más del 98% de los votos en contra.
- Consulta popular anticorrupción (2018): Fue la única de carácter nacional en la última década. Contó con 11,6 millones de votos a favor de las medidas anticorrupción, pero no alcanzó el umbral de 12,1 millones requerido para su validez.
Sin embargo, en años recientes, las consultas populares han enfrentado obstáculos jurídicos. En 2018, la Corte Constitucional estableció que las comunidades no pueden prohibir actividades extractivas a través de estos mecanismos, lo que ha debilitado su efectividad en casos ambientales.
¿Qué viene ahora?
El futuro de la consulta popular dependerá de varios factores, entre ellos la aprobación del Senado, la capacidad del Gobierno para movilizar votantes y la campaña de promoción que realicen tanto los defensores como los opositores de las reformas.
Mientras el Gobierno avanza en la estructuración de las preguntas y la estrategia política, el país se prepara para un debate intenso sobre el alcance de este mecanismo y su impacto en la democracia colombiana
