La señora Rita Ruiz y el señor Hilario

IpuanaIshiroo. Kilómetro 64. Uribia

Ishiroo es un territorio ocupado por tradición. En el que la historia de su nacimiento es contada a viva voz por los nietos de los protagonistas, quienes conservan lo heredado de sus abuelos, la señora Rita Ruiz y el señor Hilario Ipuana.

La historia de Ishiroo, la comunidad de la que les vamos a hablar, comienza cuando termina el encierro de Rita Ruiz. El encierro, de acuerdo con los usos y costumbres wayuu, es un rito de transición por el cual atraviesa la niña para convertirse en Majayut, palabra en wayuunaiki que al español se traduce como señorita. Con la primera menstruación, las jóvenes ya pueden ser preparadas para asumir su papel dentro de la comunidad y casarse. Finalizado el encierro de Rita y, pasado un tiempo, ella se deja ver de un hombre, Hilario Ipuana, quien gusta de ella. Este, la toma por esposa y se la lleva a vivir a su territorio, Ishiroo.

Desde ese instante, la herencia de las tierras sería para Rita y sus generaciones futuras, nos cuenta Agustina Rosado, su nieta y líder de la comunidad: “Cuando un wayuu toma por esposa a una mujer, ella hereda los territorios donde él vive. Él ya falleció, fallecieron sus familiares, falleció mi abuelita. Por ende, es un territorio ocupado tradicionalmente, un territorio ancestral. Cuando mi abuelita se posicionó aquí, dejó a sus hijos habitando este lugar y ubicó a cada uno en sus espacios. Así se originó el territorio Ishiroo”.

Ishiroo, en cabeza de Edmundo Rosado, su autoridad tradicional, es una comunidad de aproximadamente 80 familias. Sus pobladores se dedican a trabajar con entidades, otros son profesionales que gestionan proyectos en beneficio de la comunidad y algunos se dedican al pastoreo.

El nombre de esta comunidad tiene un significado. Agustina nos lo cuenta: “Ishiroo viene de un árbol, de una mata, una planta muy amarga que abundaba en este lugar”. E igual que la comunidad conserva su nombre, la líder nos cuenta cómo conservan sus habitantes lo heredado: Lo que nos diferencia es la conservación de nuestros usos y costumbres, somos organizados, podemos brindar la explicación del porqué hay lo que hay dentro del territorio y qué se conserva: la preparación del friche, el tejido de los chinchorros, la amabilidad profunda y extensa que hay aquí, la forma en que los recibimos cuando llegan a nuestro territorio”.

Los nietos de Rita e Hilario sueñan. Uno de ellos es Carlos Rosado, quien además es palabrero y nos cuenta cómo se ven en un par de años: “Nosotros tenemos parcelas aquí, tenemos pozos artesanales, queremos tener nuestras herramientas para sacar adelante las huertas, herramientas para que todo pueda ser una realidad completa. Tantas cosas. También estudios, sería estupendo que llegara algo como eso a la comunidad y se beneficiarían muchas comunidades no solo Ishiroo. Sería bueno porque hay muchachos bachilleres que quieren estudiar porque ya no hay muchos animales que pastorear”.

Y en camino de ir convirtiendo esos sueños en realidad, esta comunidad trabajó de la mano de Cerrejón en proyectos de infraestructura para beneficio general de la comunidad, proyectos de generación de ingresos y de fortalecimiento cultural. Que les permite conservar lo que un día heredaron y avanzar hacia lo que anhelan.

Ishiroo es un territorio que hoy cuenta su historia. La historia que iniciaron la señora Rita Ruiz y el señor Hilario Ipuana.

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