Civilización y barbarie
La novela Un Asilo en La Goajira escrita por Priscila Herrera de Núñez se disputa en el caribe lugar iniciático para la literatura escrita por mujeres en la región y como pionera de la narrativa colombiana en general
La novela Un Asilo en La Goajira escrita por Priscila Herrera de Núñez se disputa en el caribe lugar iniciático para la literatura escrita por mujeres en la región y como pionera de la narrativa colombiana en general
Con este título la antropóloga de origen guajiro Lina Britto publica la radiografía más completa y profusa sobre la primera bonanza de drogas ilícitas del pasado siglo en el país.
Riohacha la vio nacer el 23 de octubre de 1939 recién iniciada la Segunda Guerra mundial; mientras el mundo de las artes estrenaba el color con la producción cinematográfica de Lo que el viento se llevó y registraba la desaparición del insigne poeta español Antonio Machado y el fallecimiento del padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud. Entre tanto, su tierra natal se recuperaba de los efectos sociales de la denominada Guerra de Pancho y su economía recibía un respiro gracias al boom venezolano del petróleo.
El cierre de vías como parte de la movilización social para exigir soluciones a problemáticas comunitarias se ha vuelto lugar común, sistemático y sintomático. Las vías de hecho nutren el día a día en la región y se parecen a ella: dispersas, individualistas, agrestes y cada día más aisladas, pero no por ello menos frecuentes.
El epígrafe que encabeza este escrito tiene 114 años de haberse publicado en un periódico que reflejaba como instantánea el presente de Riohacha, con un pasado reciente que daba cuenta del esplendor de su puerto y el comercio vital con Europa, Las Antillas y los Estados Unidos, impulsado por el emprendimiento de migrantes y criollos visionarios que irradiaban prosperidad a todo el Caribe continental e insular.