Agua para la salud y la seguridad alimentaria en La Guajira

Por Orlando Mejía Serrano.

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Carlos Ríos Ariza es un empresario colombiano radicado en Suecia hace 34 años que tras superar las vicisitudes y dificultades que supone migrar a otro país, ha construido un proyecto empresarial sólido lejos de su natal Colombia. Y pese al tiempo y la distancia, sus vínculos con la tierra donde dio el primer grito se mantienen vivos.

Esa circunstancia fue la que le permitió reencontrarse con Luis Gómez Pimienta luego de que el presidente Gustavo Petro designara al médico riohachero Gerente Especial para La Guajira, figura con la que se busca hacer realidad el mandato de la Sentencia T-302 de 2017.

Y dado que el suministro de agua a las comunidades indígenas destinatarias de las medidas dictadas por la Corte Constitucional es el principal cuello de botella para garantizarles salud y seguridad alimentaria, Carlos Ríos puso a disposición de la Gerencia especial uno de los emprendimientos que ha construido durante las tres décadas largas que lleva fuera de Colombia: la empresa Aqua Solaris, que se especializa en la producción de equipos potabilizadores de aguas salobres y saladas, “atendiendo el llamado del Gobierno de Colombia que busca darle solución a los problemas más acuciantes del país, entre ellos el de La Guajira, concretamente en el tema del agua”, sostiene Ríos.   

Carlos Ríos Ariza y Luis Gómez Pimienta dialogan con las autoridades tradicionales de Wayumatamana, Manaure.

La donación

El pasado 9 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, Carlos Ríos y su familia visitaron la comunidad Wayumatamana, sabana de Manaure, donde hicieron entrega a las autoridades tradicionales del pueblo wayuu de una máquina potabilizadora que funciona con osmosis inversa y puede purificar hasta 3 mil litros de agua por día. Este pilotaje fue resultado de más de 4 meses trabajo durante los cuales la comunidad se involucró directamente en el montaje y la operación de los equipos.  

El evento se realizó en el marco de las actividades asociadas al cumplimiento de la Sentencia T-302, a instancias del Gerente especial para La Guajira, Luis Gómez Pimienta, y contó con el acompañamiento de funcionarios de ICBF, la Superintendencia de Servicios Públicos, el Ministerio de salud, el Ministerio del interior y el Ministerio de vivienda.

La instalación y puesta al servicio de esta máquina purificadora no tuvo ningún costo para el Estado. Así lo corrobora Luis Gómez Pimienta: “es un aporte que consiguió la Gerencia especial. Ahí no hay un centavo del Gobierno colombiano”.

Carlos Ríos Ariza y su familia en Manaure.

Mil microacueductos

Durante el trabajo de campo que adelantó en el territorio, Ríos Ariza conoció que en La Guajira hay 1.179 pozos, entre profundos y artesanales, que su empresa puede poner a producir agua potable con la tecnología de que dispone. Y aunque la Unidad para la gestión del riesgo ha mostrado interés en adquirir 70 de estos equipos, Aqua Solaris le ha propuesto al Gobierno colombiano que la solución abarque todos los pozos existentes.

“Con esta medida podemos purificar 4 millones 77 mil litros diarios de un agua que ya está en los sitios a intervenir. Eso equivale a 340 carrotanques diarios, que es una logística imposible de lograr en La Guajira”, señala, y precisa que en el proceso “empoderaremos a las mujeres wayuu para que sean las encargadas del monitoreo y el manejo primario de los equipos”, lo cual significa trabajo estable dentro de las comunidades. “Las mujeres serían las administradoras de los microacueductos”, dice.  

Crisis y oportunidad

Ríos Ariza propone que, del total de los equipos a instalar, solo se importen 400 de Suecia. “Los otros 800 se fabricarían en La Guajira, pues estamos en capacidad de montar una ensambladora en La Guajira. Con ese fin se entrenarían a jóvenes wayuu para que hagan parte de todo el proceso”.

En tal contexto, el empresario juzga que la falta de un servicio de suministro de agua eficiente en el departamento se podría convertir en una oportunidad para que La Guajira se erija en modelo nacional en la solución de esta problemática, pues con la instalación de la planta de ensamblaje no solo se resolvería el suministro de agua a las comunidades locales, sino que “se pueden vender estos equipos a otros departamentos de Colombia y a los países de la cuenca del Caribe”.

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