En el más reciente Mapukeando, los académicos José Miguel Martínez Carrión, Adolfo Meisel y Javier Rivera exploraron cómo las mediciones corporales han sido cruciales para entender el nivel de vida en ambos países desde el siglo XVI hasta el XX.
Tres expertos en antropometría, José Miguel Martínez Carrión, Adolfo Meisel y Javier Rivera, se reunieron en el Museo Mapuka para explorar cómo las mediciones corporales han sido clave para entender el nivel de vida en España y Colombia desde el siglo XVI hasta el XX. Esta sesión, enmarcada dentro del programa Mapukeando, ofreció una mirada profunda de cómo el desarrollo económico y las condiciones sociales han dejado una huella indisoluble en la salud y el bienestar de las poblaciones a lo largo de la historia.
Durante el conversatorio, titulado “Antropometría: una alternativa para medir el nivel de vida”, José Miguel Martínez Carrión, doctor en historia y catedrático de la Universidad de Murcia, destacó cómo los cambios en la estatura reflejan transformaciones en la nutrición y la salud pública. “En Europa, a finales del siglo XIX, las reformas en salud y nutrición, como la difusión de agua potable y la mejora de la higiene, fueron decisivas para mejorar la estatura y el bienestar general”, explicó Martínez Carrión.
Su investigación, desarrollada para contextualizar “el gran estirón de crecimiento” que experimentaron las poblaciones modernas desde el siglo XIX, debido a cambios ambientales y mejoras en el bienestar, se basa en extensos estudios comparativos entre diferentes países europeos, demostrando que aquellos con mejores prácticas agrícolas y nutricionales, como Países Bajos, experimentaron un notable crecimiento en altura en comparación con otros, como España.
Asimismo, planteó que la altura a los 20 años, cuando se detiene el crecimiento, es un reflejo del impacto acumulativo de la dieta, que depende de factores como “la renta y la organización del trabajo, los nutrientes, especialmente proteínas y productos lácteos”, que son decisivos en el crecimiento durante la niñez, mientras que el trabajo infantil y las enfermedades infecciosas lo retrasan.
Mapukeando es un programa que nació junto con el museo hace diez años y se lleva a cabo durante nueve meses al año, con el objetivo de socializar investigaciones científicas, históricas y de ciencias sociales del Caribe colombiano, invitando a intelectuales y académicos a compartir sus estudios con el público general.
Adolfo Meisel, rector de Uninorte y economista con un profundo interés en la historia económica de Colombia, presentó su estudio respaldado en más de 9 millones de observaciones de cédulas de personas nacidas en 1950. Su investigación revela cómo las primeras etapas de vida son críticas para el crecimiento, reflejando cambios en la nutrición y la salud.
«Boyacá pasó de ser un departamento pobre a próspero gracias al crecimiento económico y la migración hacia Bogotá”, señaló. En contraste, el Caribe colombiano, a pesar de tener una buena alimentación al inicio del siglo XX, mostró el menor crecimiento económico y en estatura. Este fenómeno, explicó Meisel, puede atribuirse a factores históricos y sociales complejos que han influido en la región.
El impacto de las condiciones de vida en el crecimiento
El profesor del Departamento de Historia y Ciencias Sociales de Uninorte, Javier Rivera, antropólogo y bioarqueólogo, ofreció una perspectiva biocultural sobre cómo los factores ambientales y sociales afectan la salud y el crecimiento. “La genética, las enfermedades hormonales, el estrés psicológico, los factores ambientales y sociales, y las enfermedades infecciosas, especialmente las parasitosis, pueden impedir que una población bien alimentada asimile los nutrientes necesarios”, puntualizó.
Su estudio, enmarcado en el enfoque biocultural propuesto por Alan Goodman en los 80, que integra factores ambientales, socioculturales y su impacto en la salud de las poblaciones del pasado, considera cómo estos «estresores» influyen en las condiciones de vida y la salud de las poblaciones a lo largo del tiempo, con la estatura como un indicador clave.
El debate final del conversatorio subrayó cómo las reformas en España durante finales del siglo XIX y principios del XX llevaron a mejoras en la estatura y el bienestar, aunque estas ganancias fueron truncadas por la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Con la apertura económica y la industrialización de los años 50 y 60, España experimentó un resurgimiento, reflejado en el aumento de la estatura de su población.
En contraste, Colombia siguió un camino distinto: primero mejoró la nutrición, luego la salud pública, y finalmente, la medicina. La construcción de acueductos en la década de 1930 marcó un punto de inflexión, mejorando significativamente la salud pública y la calidad de vida.