Por Geraldine Mejía Díaz – Trabajadora Social y escritora*
–Si las mujeres bajaran los brazos, el cielo se caería (Proverbio Africano)
Entonces el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18) En este orden de ideas la mujer como creación divina vino a ocupar un papel importante; de compañía, de ayuda, complemento, creación y vida. Existe una lógica del significado de la palabra mujer, la cual envuelve muchos adjetivos que salen a relucir el ocho de marzo, pero que si se hace un análisis es la lógica del absurdo. Sobre todo, en un país violento como Colombia, donde es muy difícil ser mujer, se vive con miedo todo el tiempo a ser violadas o asesinadas.
Muchos son los halagos a la mujer el ocho de marzo cuando la realidad es otra el resto del año. Hemos sido, desvalorizadas, perseguidas, violadas, acosadas, discriminadas y asesinadas. Es que aquí no hay garantías, ni igualdad de derechos y a la muerte de la mujer le han dado categorización, unos son feminicidio y otros homicidios, pero que en muchos de los casos quedan en impunidad.
Pensaran que es mucha la diferencia entre Colombia y algunos países musulmanes donde las niñas son envenenadas masivamente para que no estudien, muchas van presas debajo del burka, entre otras más, asesinadas por escribir o participar en televisión, hemos visto hombres condenados a muerte por defender los derechos de la mujer como fue el caso del futbolista Amir Nasr Azadani. Allá no hay espacio para el feminismo, las mujeres no tienen derechos, pero si hay leyes implacables en contra de la mujer, que buscan siempre minimizarla, callarla, someterla y asesinarla.
Pero sucede que no estamos tan distantes de la realidad de los países musulmanes, porque aquí también nos tratan de someter, pero de otra manera. Las mujeres hemos tenido que abrirnos camino a codazos, en un mundo machista en donde por muchos años la mujer estuvo dominada por el padre y luego por el esposo. Hay que agradecer a la mal llamada generación de cristal quien ha dejado de normalizar el maltrato, la infidelidad y el toque abusivo por debajo de la ropa de algún familiar, que antes se ocultaba por vergüenza.
Esta es una nueva generación que no traga entero, quienes se han preparado para la vida, producto de su templanza o de reflejarse en el espejo de sus padres y querer ser cada día mejores y más competitivos, que alza la voz y que vuelven tendencia en las redes sociales algo que les desagrada.
Hay que agradecer también al feminismo, nos ha ayudado mucho como un factor reivindicativo, aunque a veces también ha caído en varias exageraciones. Lo importante es exigir nuestros derechos y no generar odio en un mundo que ya está plagado.
La mujer es esa fuerza espiritual divina, de empuje, carácter, creación, ayuda, y de columna vertebral. Todas son importantes en cada rol que desempeñan. Cada mujer está hecha a prueba de fuego con cicatrices que cuentan sus historias, y las han llevado a donde están. La posición de la mujer hoy en día ha sido peleada, son miles de mujeres que han aportado en sus luchas en diferentes países, para que hoy seamos consideradas personas. Las mujeres no le pertenecemos a nadie, tenemos los mismos derechos que los hombres, que son los derechos humanos. No nos acosen, no nos violen, no nos maten…
*Las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de revistaentornos.com