El aumento de la población de adultos mayores será una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, desde Colombia la academia ya se está planteando cómo enfrentar este reto.
Según lo prevén las Naciones Unidas, para el 2050 habrá más del doble de población mayor de sesenta años de lo que había en 2015. Es decir que se estima que en aquel año alcanzaba los 900 millones de personas y para el 2050 representará un total de 2 mil millones de personas de la población mundial.
El mismo organismo advierte que este cambio será una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI y que tendrá repercusiones que van desde el mercado laboral y financiero, a la demanda de bienes y servicios así como en las políticas de salud pública que implementan diferentes países.
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En Colombia, según lo registra la ‘Misión Colombia envejece’- cuyo objetivo es divulgar el estado en el que se encuentra el proceso de envejecimiento de la población colombiana-, las personas de 60 años y más en Colombia pasaron de representar apenas el 7% de la población total en 1985, al 10% en la actualidad y se espera que para el 2050 llegue a ser el 23%. Por eso, se predice que la participación política, económica y social de la población mayor que en las décadas venideras incrementará de una forma acelerada.
Sobre los diferentes retos que estos cambios traen, Trinidad Hernández, investigadora de la facultad de Enfermería de Areandina comenta: “Hay indicios de la transición demográfica que será el aumento de adultos mayores en el mundo. Hay un enfoque importante en las políticas del adulto mayor que invitan al ‘envejecimiento activo’. Es decir, dejar de pensar que cuando uno llega a los sesenta años va a llevar una vida sin movimiento, de ocio y de inactividad. Por eso, es necesario llevar unos años activos y funcionales antes de que llegue la vejez”.
Para Hernández es importante destacar que la preocupación y enfoque en saber cuidar y prevenir siempre ha estado presente en los currículos de los programas de enfermería ya que la vejez es un proceso inevitable en la vida de los seres humanos.
Asimismo recuerda que los profesionales en salud no pueden olvidar su autocuidado. “Es frecuente que quienes son los encargados de cuidar a los demás descuiden su propia salud y bienestar. Por eso hacemos énfasis en la necesidad de que los cuidadores sepan llevar hábitos de vida saludables en su vida cotidiana” añade Hernández.
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Entre los retos y posibilidades que trae consigo el futuro se encuentran las nuevas tecnologías que se gestan en el mundo contemporáneo. “Es algo a lo que nos enfrentamos todos, desde los que nacimos en la era digital y que manejamos las nuevas tecnologías como aquellos que no cuentan con las habilidades necesarias para hacerlo. Desde la institución tenemos una filosofía de humanismo digital y vemos a la tecnología como una herramienta que está al servicio del bienestar de cada persona. En la enfermería ya usamos herramientas como softwares para que los encargados de la salud tengan puedan promover buenos hábitos y entrar en contacto con todo tipo de poblaciones. Eso sí, sin olvidar la necesidad de un contacto humano”, añade Hernández.
Fuente: Fundación Universitaria del Área Andina.