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Una comunidad que cuenta cuentos

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Kachurapa. Kilómetro 55. Uribia

Existe una comunidad que cuenta cuentos. En esta, su autoridad se llama Gaspar Iguarán y bastan unos minutos para entender que allí, todo, absolutamente todo, gira en torno a una conversación, a un recuerdo, a la complicidad de su gente con cada palabra que sale de sus bocas. Hablan y el tiempo pasa rápido, perdidos en tantas historias.

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Kachurapa es una comunidad de gente buena, todos hacen el bien, menciona Gaspar, mientras nos cuenta cómo era la vida antes y qué estaría haciendo en ese justo momento unos años atrás, cuando era niño: “Anteriormente nosotros cuando éramos jóvenes teníamos bastante burros, caballos, vacas. Y era bonito en aquellos tiempos, a esta hora (2:54 p.m.) estábamos montados en burros llevándolos al jagüey y jugando, corriendo, ´mamando gallo”.

Gaspar también cuenta un poco sobre cómo han logrado mantenerse y cómo fue su crianza: “Nosotros permanecíamos aquí con nuestros abuelos, nuestro padres. Cuando llegó la empresa que inició Cerrejón, Morrison- Knudsen, yo estaba pequeño, en ese momento mi papá se encargaba de pastorear sus animales y le preguntaron si quería trabajar allá, así nos crio. Mi mamá se encargaba de ir a Venezuela. Allá está el tejido de ella (señala), todavía lo hace, nadie le cree, a la gente se le hace raro que ella lo haga y dicen: “¡Carajo, la viejita todavía ve, está tejiendo!”. Si supieran que fue así como mi mamá nos crio”.

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Esta comunidad de 40 familias lleva su nombre gracias a una planta delgada con puyas que encontraban alrededor del jagüey y le decían kachüya. Para ellos, estar de acuerdo es indispensable, hacen reuniones para conversar y acordar sobre diferentes cosas y beneficios, tener todo en orden y bien manejado. Quien llegue a este lugar verá su cementerio, jagüeyes, molinos y la ranchería donde cada uno vive. Encontrará gente trabajadora, que teje sus mochilas, pastorea sus chivos, cuida sus cerdos y gallinas, con eso se mantienen.

En Kachurapa nos cuentan también de la admiración que recibieron por trabajar proyectos de generación de ingresos, que incluyó entrega de animales y plan semilla para artesanías, y fortalecimiento cultural con Cerrejón, en el marco de la sentencia T-704 de 2016. “La gente nos ha admirado bastante por el proyecto. Nosotros hicimos esta entramada donde estamos sentados, si no la hubiésemos hecho estaríamos bajo el trupillo. Fueron dos, la otra es en el cementerio y tapiamos también ese lugar. Gracias a Dios yo no he sido extraño para esa empresa, yo también trabajé ahí, le agradezco mucho y seguimos siendo vecinos”, afirma su autoridad.

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Mientras recuerda el pasado y presente de la comunidad y cómo han cambiado los tiempos, Delsiris Epiayu, miembro de la comunidad, relata cuál es la razón de la herencia cuentera de su familia: “A todos nos gusta el cuento, en las reuniones familiares eso siempre se ve. Todos somos chistosos para generar buen ambiente, para que estemos en armonía. En mi caso, a mí siempre me ha gustado estar con los mayores. Cuando habían reuniones familiares yo siempre estaba con las ´viejas´, pero yo no lo hacía por querer, era por aprender de ellas y porque, como mujer, yo sabía que mi abuela ya había pasado por cualquier situación porque me lo contaba, entonces yo, escuchándola, aprendía qué camino tomar”.

A futuro, esta comunidad caracterizada por el uso de la palabra, espera tener un colegio y educar allí mismo a sus niños: “Anteriormente mi mamá tenía un aula con una infraestructura muy bonita, eso se perdió y nosotros ahora queremos retomar la escuela para no buscarla en el pueblo. Esa es la visión, que nuestros niños estudien y tengan la facilidad aquí mismo”, menciona Delsiris.

Como última apreciación, cuentan del amor que sus mayores les inculcaron con un dicho muy conocido por todos: “Mi abuela nos decía el que no nace para servir, no sirve para vivir. Entonces eso nos enseña a ayudar a los demás, a no quedarnos con lo que sabemos, ella me enseñó a hacer todo tipo de tejidos, gracias a ella los sé”. Existe una comunidad que nos contó todos su cuentos sobre el pasado, el presente y el futuro; sobre el amor; sobre la unión; existe una comunidad en la que hablan y el tiempo pasa rápido, existe Kachurapa.

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