Un día cualquiera del cálido marzo, sorprendió a todos con su hermoso plumaje y su andar elegante y paciente por todos los rincones de la Universidad de La Guajira. Se trata de la Mycteria americana, conocida comúnmente como la Cigüeña Americana o Tántalo Americano, una especie de ave acuática de gran tamaño perteneciente a la familia Ciconiidae.
Sin duda este hermoso animalito se ha convertido en la atracción de los estudiantes, docentes y visitantes de la Alma Máter, porque jamás se imaginaron encontrar un individuo de esta naturaleza cerca de los seres humanos.
En los relatos para niños se habla de que las cigüeñas son portadoras de bebés y esto podría estar relacionado con su comportamiento maternal y migración estacional. Cuenta la leyenda que en Egipto eran consideradas como sagradas y símbolo de fertilidad y vida. En la mitología griega se afirma que, Hera convirtió a Gerana en una grulla, pero ella no quiso separarse de su hijo recién nacido y lo envolvió en una manta y se lo llevó en su pico.
De acuerdo a lo señalado por Cristian Granados Martínez, biólogo y docente de Uniguajira, ellas miden entre 85 y 115 centímetros de altura. Además tienen un peso aproximado de 2 a 3 kilogramos con un plumaje principalmente blanco en alas y cola negra; cabeza y cuello sin plumas; piel grisácea negruzca; pico largo y grueso, ligeramente curvado hacia abajo y de color amarillento y patas largas de color gris-negro.
Agrega el investigador que es un ave silvestre, por lo cual, lo recomendado es no alimentarla y mantener la distancia para evitar accidentes. “No es un animal doméstico”, enfatiza.
Sin embargo, voceros de la Corporación Autónoma Regional de La Guajira, indicaron a través de redes sociales que desde hace un año se rescató, rehabilitó y liberó a esta cigüeña, la cual se presume fue sometida a un proceso de domesticación y por eso siempre busca lugares donde haya personas. La cigüeña se encuentra en un buen estado y en proceso de adaptación a su entorno natural.
Por lo pronto, este singular personaje se convirtió en un habitante más del campus universitario, diariamente nos alimenta el espíritu, evoca cuentos infantiles y nos recuerda que en el planeta tierra hay espacio para todos.
Doris Cabeza Escobar
Periodista Uniguajira