Se metieron con la generación que primero…
Miles de marchantes se han ido sumando superando el miedo al contagio, sacudiéndose el escepticismo, abofeteando la desesperanza y agitando por los hombros el muñeco de trapo pesimista en el que se ha venido escondiendo el país mas feliz del planeta relleno de las espumas y el aserrín de las desigualdades.