Por Luis Guillermo Baquero.
Gerente Mesa Más La Guajira.
En La Guajira se necesita urgentemente que los jóvenes profesionales regresen y contribuyan al desarrollo de su tierra. Es fundamental promover una generación de líderes enfocados en la innovación, el trabajo en equipo y un profundo amor por su región. Aun así, persiste una falsa creencia entre algunos jóvenes guajiros y sus familias de que estudiar afuera y luego regresar a trabajar en su tierra es un fracaso.
Trabajar en La Guajira para muchos implica depender de que un político valore su talento o enviar hojas de vida a empresas del sector minero-energético. Lo que genera una competencia abrumadora y la realidad es que no hay suficientes oportunidades en ambos sectores. Los jóvenes no pueden seguir esperando a los políticos; aquellos interesados en liderar desde lo público deben comenzar a abrirse espacios y destacarse de manera propositiva.
En La Guajira hay un amplio abanico de oportunidades para incursionar en otros sectores como el turismo, el comercio y la agroindustria, los cuales muchos desconocen. Resulta sorprendente ver la cantidad de jóvenes guajiros talentosos que han tenido éxitos notables en distintas partes del mundo y del país.
Aquellos que aún no lo han logrado se enfrentan a la presión social y familiar que, en muchas ocasiones, los obliga a quedarse en ciudades como Bogotá, Barranquilla o Medellín. Allí, se encuentran enviando hojas de vida sin hallar oportunidades, desaprovechando su potencial en un departamento que tanto necesita su talento y energía.
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Emprender o iniciar una carrera profesional no es sencillo en ninguna parte, ni en Bogotá ni en Riohacha. No obstante, La Guajira plantea un desafío particular: necesita a los mejores profesionales no solo para ocupar roles en lo público, sino para emprender y crear empleos formales, esenciales para el crecimiento económico de la región.
La Guajira requiere de esos jóvenes que, con su conocimiento y experiencia adquirida en otros lugares, puedan aportar ideas y soluciones novedosas a los problemas locales. El regreso de estos profesionales jóvenes podría impulsar significativamente el desarrollo en la región, cambiando la narrativa de una tierra necesitada por una tierra de oportunidades.
Los jóvenes guajiros tienen el poder de transformar La Guajira y convertirla en el gran polo de desarrollo de la región. Es crucial desmitificar la idea de que volver a casa es un fracaso. Al contrario, es un acto valiente y lleno de amor por la tierra que los vio nacer. Es momento de que los jóvenes vean en La Guajira no solo su hogar, sino un lugar donde pueden crecer profesionalmente y generar un cambio significativo.
Retornar a La Guajira debe concebirse como una oportunidad para impulsar el progreso de la región, liderar con principios y valores y construir un futuro mejor para todos los habitantes. Es hora de que los jóvenes profesionales guajiros reafirmen su conexión con su tierra y trabajen unidos para crear un lugar del cual todos puedan enorgullecerse.
Si queremos que La Guajira sea como otras ciudades capitales, tenemos que trabajar por ello. Si los guajiros no nos ponemos en la tarea, nadie lo va a hacer por nosotros. No hay gobierno ni político de turno que vaya a resolver esto solo. Tenemos que despertar y salir del pensamiento del camino corto y rápido para el éxito. La Guajira necesita de los mejores, y aquí tenemos de sobra el capital humano para lograrlo.