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Por Fredy González Zubiría – Investigador cultural.*
Dolorosa pérdida para Villanueva y La Guajira, la partida de Nora Ferreira, nuestra amiga, la gestora, la luchadora. Una mujer maravillosa que se entregó en cuerpo y alma a la Fundación ITA. Dedicó parte de su vida a la formación de niños y jóvenes en danza, música y teatro.
El año pasado, cuando la visité por última vez en Villanueva, en la sede de la Fundación, una hermosa casona cuyo encantador patio parece diseñado para la inspiración artística, me dijo: “El arte es mágico, ayuda a los jóvenes a tomar disciplina, mejorar sus estudios y a ser mejores personas”.
Nora amaba lo que hacía, amaba la cultura, a veces se sentía impotente por no poder conseguir todo lo que quería para sus muchachos. Su sueño era dar cada vez más sin mirar a los lados. Su compromiso y su sonrisa abría cualquier puerta.
Debemos apoyar a que su legado perdure.
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