“El arroyo Bruno está adquiriendo una imagen que la comunidad no pensaba que pudiera ser posible”, manifiesta veedora ambiental Campo Herrera.
“Con el proceso de veeduría comencé a descubrir que aparte de nuestros conocimientos hay mucho más que aprender. Mucho más allá de lo que sabemos de forma empírica. A medida que fue pasando el tiempo fui aprendiendo y adquiriendo mucho más conocimiento, aprendí que en el suelo hay mucha vida de distintas especies, hay mucha más vida en lo diminuto y también caímos en cuenta de que a medida que vaya pasando el tiempo y tenga menos intervención humana o de animales, como ganado o chivos, el arroyo Bruno podrá seguirse estabilizando mucho más rápido”, manifestó Carmen.