Por: Matty González Ferrer.
Jeyu, la hormiga, nos cuenta sus anécdotas y la forma en que, junto a sus hermanas, debió enfrentar la terrible amenaza de las maquinas amarillas que llegaron un día a destruir el bosque y poner en riesgo el apacible modo de vida que tenían en su querido pueblo, Panchomana. Esta es la historia de “Pedacito de tierra bonita”, el último cuento publicado por la reconocida narradora wayuu Vicenta Siosi Pino, considerada por los círculos especializados como una de las más consagradas escritoras de La Guajira.
Situaciones de ficción que se recrean en el poblado indígena de Pancho y la ciudad de Riohacha, en La Guajira; territorios muy reales que padecen de una manera más cruda los graves acontecimientos denunciados por Vicenta. De esta manera, la escritora wayuu teje sus hermosas historias en un mágico mundo donde la imaginación retrata la cruel realidad con la sencillez y encanto de la fábula para lograr sensibilizar y educar desde el lenguaje de los niños.
“Pedacito de tierra bonita” fue editado como una publicación austera pero encantadora que viene escrita tanto en español como en wayuunaiki. Las ilustraciones estuvieron a cargo de once niños wayuu de la zona rural de Maicao. Ellos fueron seleccionados entre más de trescientos infantes de las comunidades de Majayutpana, Jepein y Jurralen que escucharon el cuento de sus profesores y luego se expresaron libremente a través del dibujo.
Su autora, a través de una trama sincera, se propone desnudar la angustia del desplazamiento forzado que victimiza y revictimiza a quienes van de un lugar a otro en búsqueda de un pedacito de tierra para salvar sus vidas. Aquellos a quienes, generalmente, la sociedad les brinda un trato despectivo, como si fuesen insectos. De esta manera se establecen símiles con las hormigas: migrantes signadas por la eterna errancia en la búsqueda del territorio y la titánica fuerza con la que sus diminutos cuerpos enfrentan la supervivencia.
Le puede interesar: Manifiesto por la vida y Carta a la Tierra: Un diagnóstico sobre la crisis ambiental global
“Vicenta nos estremece de nuevo con su último cuento, Pedacito de tierra bonita. Al leerlo se me aguaron los ojos. Ella tiene ese talento de conmovernos con delicadeza, nos entrega el dolor por medio de la ternura. Sin términos efervescentes ni apasionados, sin las clásicas frases de la tragedia, nos llega hasta el alma y nos altera”. Con esas palabras, el investigador cultural Fredy González Zubiría, gerente del Fondo Mixto de Cultura, realizó la presentación de esta publicación que fue editada por dicha entidad gracias al apoyo de la Gobernación de La Guajira.
El lanzamiento oficial se realizó recientemente en la ciudad de Bogotá, durante el Día de La Guajira en Corferias, evento que se organiza tradicionalmente en el marco de las actividades de la Feria Internacional del Libro como espacio de celebración de la palabra que propicia el encuentro de los coterráneos residentes en la capital del país, los interesados en nuestra cultura y todos aquellos que se preocupan por el devenir y las vicisitudes de esta tierra, llevando como invitados a los más reconocidos cultores e investigadores de la región.
La autora
Vicenta María Siosi Pino es una escritora y comunicadora wayuu del clan Apshana. Desarrolló estudios de Comunicación Social, en la Universidad de la Sabana, y de Planificación del Desarrollo Regional, en la Jorge Tadeo Lozano, en la ciudad de Bogotá. Se ha desempeñado como profesora universitaria, libretista y documentalista con proyectos exitosos de investigación fílmica como “Origen y fuerza del matrimonio wayuu” y “Fiesta de los emborrachadores de Riohacha”, con el que ganó la Beca Nacional de Colcultura en 1995.
Su trayectoria literaria compila cuentos escritos en español y wayuunaiki que han sido traducidos al francés e inglés. Los primeros fueron “Esa horrible costumbre de alejarme de ti” (1992) y “El honroso vericueto de mi linaje” (1993), publicados en la serie “Woummainpa” de la Universidad de La Guajira. Posteriormente, obtiene mención de honor en el concurso Enka con “El dulce corazón de los piel cobriza” (1998) y el premio Nacional de Literatura infantil Comfamiliar del Atlántico con la fábula “La Señora Iguana” (1999). En 2002 el Fondo Mixto de Cultura de La Guajira hace una edición que compila varios de sus cuentos, siendo el titular “El dulce corazón de los piel cobriza” y en 2004 publica “Juegos de niños Wayuu”, gracias al apoyo de la Gobernación de La Guajira. Luego siguieron “Danza de tortugas en el mar” y “Cerezas en verano”, publicado por la Universidad del Valle, conmovedoras y exitosas creaciones literarias a las que ahora se une “Pedacito de tierra bonita”.