“La Guajira necesita un gobernador de altos quilates éticos y morales” : Jairo Aguilar Ocando

Por Orlando Mejía Serrano*

En esta entrevista matizada, que se publicó en 2016, el exgobernador de La Guajira, Jairo Aguilar Ocando, expone algunos de los puntos de vista que animaron su vida política e intelectual y cuya pertinencia está fuera de toda discusión.

Reproducimos este texto como un homenaje a su memoria y legado.

El exgobernador y actual consejero de la Universidad de La Guajira, Jairo Aguilar Ocando, ha sido un duro crítico del tratamiento injusto que históricamente le ha dado el gobierno central al Departamento. Y no duda en afirmar que esa actitud de menosprecio –“o de desprecio”– hacia La Guajira se inició con el fusilamiento de José Prudencio Padilla.

Aguilar, en efecto, sostiene que el almirante riohachero fue víctima de un complot urdido por políticos del interior del país que lo veían como una amenaza para el naciente poder oligárquico centralista, el cual se empezó a configurar tras la derrota del Imperio español.

“El origen del gran fracaso de La Guajira hay que buscarlo en el asesinato de Padilla, que primero fue fusilado y luego colgado para escarmentar y desmoralizar a quienes se oponían a ese naciente orden de cosas en el que las provincias se veían relegadas y olvidadas”, afirma.

Ahora bien: ese discurso desmoralizante se expresa hoy en los señalamientos que se le hacen a La Guajira como “cuna de la corrupción”. “Y no se trata de desconocer que efectivamente aquí se presentan estos hechos –que deben ser castigados con todo el rigor de la ley–, pero sí de precisar que la corrupción política es un fenómeno que afecta al Estado colombiano en su conjunto. De hecho, ese es hoy el mayor malestar de la institucionalidad en el país. En otras palabras: el modelo de corrupción de La Guajira es el mismo del resto de Colombia, pero con la diferencia de que la gran corrupción no está aquí sino en Bogotá”, señala el exgobernador.

Para ilustrar aún más su punto de vista en torno a ese menosprecio que las élites nacionales han observado hacia La Guajira desde hace por lo menos dos siglos, Jairo Aguilar recuerda hechos como los protagonizados por Carlos Lleras Restrepo –abuelo del vicepresidente Germán Vargas Lleras–, quien hasta último momento se opuso a ser juramentado por el guajiro Eduardo Abuchaibe López –quien fungía como presidente del Senado–, pues “a él no lo iba a posesionar en la Presidencia un contrabandista”. O lo ocurrido a Nacho Vives, quien fue duramente fustigado por las bancadas del interior del país cuando presentó la Ley para la creación del Departamento de La Guajira.

Una crisis sin precedentes

El exgobernador juzga que el Departamento atraviesa por uno de los momentos más espinosos de su historia. “La que estamos viviendo es una coyuntura muy difícil, un estado de cosas calamitoso. Antes enfrentamos dificultades de todo orden, pero no tantas como las que hoy se avizoran en el horizonte”, asegura.

Sobre esta situación, signada además por una profunda crisis de gobernabilidad, razona que es necesario que los nuevos dirigentes del Departamento abran el debate tanto hacia dentro como hacia afuera. “Sólo en la Universidad de La Guajira hay 10 mil egresados, 13 mil estudiantes, 40 doctores, etc., los cuales están llamados a participar en la discusión sobre el modelo de sociedad que necesitamos construir. Es decir, contamos hoy con un recurso humano cualificado que debe aportar sus luces para hacerle frente y superar unas circunstancias tan adversas. Las soluciones están aquí y nadie nos las va a traer de afuera”, señala.

El encargo

Frente al nombramiento del señor Vélez como gobernador encargado, Aguilar Ocando señala que el funcionario en cuestión debe decirnos qué va a pasar con proyectos como la represa del río Ranchería, cuya culminación permitiría no sólo suministrarles agua potable a las comunidades sino poner en marcha programas de desarrollo agropecuario. Y sobre todo, se requiere que Vélez fije su posición alrededor de los planes expansionistas de la empresa Cerrejón, pues éstos amenazan las reservas hídricas del Departamento. “Por ejemplo, ¿Qué piensa el gobernador interino del desvío del río Ranchería y del arroyo Bruno, o de las actividades extractivas que actualmente adelantan en nuestro territorio 40 trasnacionales en detrimento del derecho al agua de los ciudadanos?”, indaga vehemente.

Pero además, el encargado por el presidente Santos en representación de Cambio Radical está llamado a pronunciarse sobre la muerte lenta y quizás irreversible del comercio de Maicao, “que es el municipio que genera el 40% del empleo en el Departamento de La Guajira. A Maicao hay que atenderlo inmediatamente, así como a la línea de frontera en general, pues allí la pobreza crece y se expande. Esos son los temas sobre los que realmente queremos que se pronuncie y actúe el emisario del Presidente”, puntualiza.

Elecciones atípicas

Aguilar Ocando está convencido de que la convocatoria a elecciones atípicas es un hecho prácticamente cantado, pero más allá de ese evento se detiene a analizar la situación financiera que heredará el nuevo mandatario de los guajiros, sobre todo por la deuda de 90 millones de dólares con el Banco Mundial, “la cual se contrajo contando con los recursos de regalías, que el Gobierno central nos quitó. En esas circunstancias la pregunta es: ¿y ahora cómo pagamos?”. Por eso está convencido de que el próximo mandatario de los guajiros debe tener un perfil muy alto desde el punto de vista ético y político.

“En efecto, La Guajira necesita un gobernador que no se deje corromper en el debate electoral, lo cual significa que debe respetar los topes de financiación, no ceder al chantaje de los avales y, sobre todo, significa no venderle el alma al diablo, porque de lo contrario cuando llegue al cargo estará fuertemente condicionado por sus ‘patrocinadores’. Es decir, el nuevo gobernador debe ser una persona con unos altos quilates morales para que sepa decir NO cuando aparezcan en escena las propuestas indecentes, y eso se empieza a forjar desde la campaña misma”, concluye diciendo Aguilar Ocando.

Publicada en Diario del Norte Riohacha, domingo 14 de agosto de 2016