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Afrogallinazo no queman todos los días

Por Estercilia Simanca Pushaina

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Pueblo Wayuu

En Colombia donde la mayoría tiene un nexo indigena o afro y una minoria puede hablar de adscripción y pertenencia, ocurren salvajadas que tienen su sustento en las débiles leyes que los congresistas hacen a espaldas de nosotros, los indios e indias de Colombia y eso que la Constitución nos ofrece una exigua participación, con las llamadas “circunscripciones especiales” en donde para llegar debes llenar unos requisitos “especiales” casi pueriles, todo baladí y quienes han llegado ha sido por una mínima votación y donde siempre ha sido superado por el voto en blanco. Nunca se sienten, ni siquiera se les escucha decir presente. Todos los colombianos pueden votar en esa circunscripción y tanto partidos políticos, organizaciones indígenas y consejos comunitarios afros, pueden dar el aval, es ahí donde aplica “hecha la ley, hecha la trampa” quienes han ocupado esas curules han sido incapaces de regular estrictamente la participación para que fenómenos como los de Miguel Polo Polo, de ahora en adelante el “Afrogallinazo” no ocurran. Tampoco han sido capaces de desarrollar artículos de la constitución en leyes que beneficien a los Pueblos tanto indígenas como afros. No han tenido la capacidad. Ninguno.

Qué atuendo étnico aspiraba lucir Polo Polo en el congreso, porque a eso es que van en las circunscripciones especiales, a inaugurar una especie de pasarela étnica, en la comisión que les toque y no en las que deben estar, en cada debate donde el silencio será su mejor carta de presentación, donde miradas y sonrisas de los ordinarios o circunscripciones ordinarias parece les dijeran: “Vamos Tilin, tu puedes Tilin” Aunque siendo sinceros no creo que su reciente autoreconocimiento le de para entender y usar  la moda étnica, debe primero superar su vergüenza, porque la verdad sea dicha y hablo por La Guajira, muchos negros prefieren certificarse como indios, pese a existir consejos comunitarios afros, ve tú a saber que creen ellos nos hace mejores. Aquí en la Guajira es común, constante y corriente.

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La Guajira también tiene sus Polo Polo y Polas. Una paisanita de papel quería ser procesada y juzgada por la jurisdicción especial y hasta hace poco su certificación reposaba en el informe censal del ministerio, certificada por el asentamiento Wayuu Río de Janeiro, cercano a las vías del tren del Cerejón y del clan Pushaina, pero antes se había presentado como del Clan Ipuana. No sólo van en busca de becas y curules, sino también por temas judiciales. Polo Polo siguió el mal ejemplo, ojalá y su desacreditación sea expedita, lo cual lo dudo, porque quien avaló es un consejo comunitario afro del Reten Magdalena conformado por víctimas del paramilitarismo, o sea que por ellos no será de donde nazca revocar el reconocimiento de alguien que se ha presentado como la mascota de la extrema derecha. Lo otro será iniciar el proceso de anulación de elección por falsedad ideológica, por algo nunca antes visto: colisión de identidad étnica al momento de la inscripción.

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Miguel Polo como candidato y el consejo comunitario afro que lo avaló podrían haber incurrido en falsedad ideologica, aunque es posible ser negro e indio por razón del mestizaje o la “mazamorra genetica” en palabras de Polo Polo, como es mi caso, pero ha sido el Pueblo Wayuu quien me ha representado y el que por razones de adscripción y pertenencia define mi identidad, no dejo de reconocer en mi lado paterno mi afrodescendencia, pero no me veran con ambos certificados, de hecho nunca he tenido, ni he solicitado un certificado indígena, no obstante aparezco en la base de datos de la información censal de las comunidades y resguardos indígenas de la direccion nacional de étnias del ministerio del Interior, en la misma que aparece el afrogallinazo de Polo Polo desde el 2016 como indio, lease comunidades indígenas de cabildo Zenú Isla Gallinazo, asentado en el Golfo de Morrosquillo.

Para que Polo Polo tenga ancestros Zenú, Pocahontas debió ser una de las esposas de mi abuelo, aunque nunca se sabe.

Las paradojas de la vida, el consejo comunitario que avaló a Miguel Abraham Polo Polo, se llama Fernando Ríos Hidalgo, localizado en el corregimiento San José de Honduras, municipio El Retén, departamento del Magdalena, donde en su último censo aparecen registradas ciento cuarenta personas, distribuidas en treinta familias, Polo Polo nació en Santiago de Tolú (Sucre) es decir a 367.8 kilómetros por la troncal del Caribe, 6 horas 11 minutos, de El Retén, hasta hace unos días recibieron por parte de la agencia nacional de tierras, titulación colectiva de dos predios beneficiando de esta manera a 30 familias, conformadas por 140 personas, porque fueron víctimas del conflicto durante varias décadas, debido a la disputa del territorio. Esta situación condujo a la carencia de tierras en donde trabajar y desarrollar sus prácticas ancestrales y métodos tradicionales de producción colectiva…  Polo Polo resultó ser avalado por las víctimas del paramilitarismo.

Los motivos políticos de Polo Polo no se conocen, sólo que fue animado por blancos y se asumió como afrodescendiente y no tiene que ver con el color de piel, asumir una identidad cuando no se siente nacido con ella, se tiene que hacer con responsabilidad. Como abogada y por supuesto como indígena, que nunca usó una certificación, porque no me dio la gana que ninguna secretaria de asuntos indígenas me certificara, porque precisamente es esa certificación tanto la afro, como la indígena, la ventanita para que una partida de gallinazos usurpen espacios. Por eso celebro que los nuevos registros civiles de nacimiento de los niños de mi comunidad lleven su clan en su registro, territorio ancestral y pueblo indígena al que pertenecen (https://www.las2orillas.co/primer-registro-civil-etnico-en-colombia/)

Nuestra indianidad no la debe certificar ningún ministerio, ni secretario de gobierno, ni de asuntos indígenas, ni ningún alcalde, sólo la autoridad tradicional. Mi próxima parada será en buscar la inconstitucionalidad de toda ordenanza departamental que así lo establezca. Si hay Polo Polo en La Guajira es gracias a unos cuantos wayuu, que así como venden a sus sobrinas, venden los certificados también.

Esta estrategia de inscribirlo en la circunscripción especial debió nacer de los jóvenes Cabal, porque ni los indios del país lo quieren y los negros tampoco, este fenomeno es nuevo en Colombia y toda américa, algo así como un paria etnico. Suena fuerte, pero esas son las consecuencias de un experimento de unos niños bien con un joven que siempre le dio la espalda a su herencia cultural, si es que algún día la tuvo.

El consejo comunitario Fernando Ríos Hidalgo, debe reconsiderar en una revocatoria de aval,  por las recientes declaraciones de su representante, comiencen por eliminarlo del censo, consejeros ahora ustedes tienen la palabra.

*Las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de revistaentornos.com

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