Sin embargo, en nuestro país, la situación se ha tornado especialmente delicada porque, con un gran gesto humanitario, hemos debido estirar las finanzas de la nación y los presupuestos departamentales para atender las necesidades básicas de las miles de familias venezolanas –niños, jóvenes, adultos y ancianos– que llegaron huyendo de la vida precaria y la falta de oportunidades en su país.
Sin ir muy lejos, La Guajira afronta hoy una alerta financiera y nuestra red hospitalaria no da abasto para atender las necesidades de 15 municipios y casi 900 mil habitantes.
Es claro que los recursos resultan insuficientes ante unas Unidades de Cuidados intensivos desbordadas en otro momento. El gobierno central si o si tiene que ser generoso y, como se dice coloquialmente, debe meterse la mano al dril para que nuestro personal médico y administrativo tenga con qué enfrentar los retos derivados de esta coyuntura.
Hay déficit de todo tipo de elementos claves en la atención de pacientes, como insumos, ventiladores y camas, por ejemplo, y se requiere dar mantenimiento o reparación de los equipos que hoy existen, pero es necesario así mismo mejorar las condiciones de las plantas físicas desde las cuales atiende el cuerpo médico y dotarlas de las tecnologías de última generación, como las que sí tienen las grandes ciudades colombianos.
En materia de salud no podemos seguir siendo la Cenicienta del cuento, porque finalmente la prestación de un buen servicio de salud, con los debidos estándares de calidad, es lo que hace la diferencia entre la vida y la muerte.
Debemos apelar a nuestra Constitución Política que en su artículo 49 es suficientemente clara: “Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud.
Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad”.
Me anima el deseo de llegar al Congreso para liderar propuestas que le den un respiro al sistema de salud departamental. Siendo alcalde de Barrancas, tuve la oportunidad de mejorar la calidad de vida de mis paisanos y considero que esos niveles de bienestar son un derecho que todos nos merecemos.
Por esa misma razón, con un equipo de asesores de primer nivel y conocedores del sector de la salud, nos hemos propuesto dar forma a un proyecto de ley que resuelva esta crisis, mediante la autorización a la asamblea departamental de La Guajira, para la emisión de una estampilla; de modo que se les otorguen los recursos suficientes a los hospitales públicos así como a los centros y puestos de salud del Departamento.
El 20 de julio entrante quiero radicar esta iniciativa ante la Secretaría de la Cámara de Representantes, si el favor de Dios y el voto de confianza del pueblo guajiro así lo quieren.
Los invito a que Hagamos Equipo por nuestro departamento. Garantizar la salud de los guajiros y las guajiras va más allá de los colores de un partido. Hagamos Equipo para hacer valer los derechos que consagra nuestra Carta Magna. Mientras tanto, los invito a seguirnos cuidando y a cuidar de nuestras familias, porque mientras haya salud hay esperanza para disfrutar el presente.
*Jorge Cerchar es candidato a la Cámara de Representantes por La Guajira