● ¿Qué se necesita para que un joven no cambie tan rápido de trabajo? ¿Cómo hacen las empresas para lograr ese equilibrio entre salarios y actitud?
● Ser valorado y estar feliz es cada vez más importante entre los nuevos empleados.
El sueño de todo profesional es poder trabajar en lo que le gusta y así mismo, recibir un pago equivalente a cambio. Pero, ¿Cuál es la realidad de un profesional recién graduado o con experiencia en el escenario laboral?
Una tendencia llamada ‘Job Crafting’, toma cada vez más fuerza entre las empresas y los colaboradores más jóvenes. Según explica la Coach de Felicidad de la Fundación Universitaria del Área Andina, Valentina Marín, “esto brinda la posibilidad de ir diseñando el trabajo y pensar cómo quisiera asumir los retos. Esto con el fin de potenciar sus propias fortalezas que se suman a lo que conocemos como Salario Emocional”.
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Y es que por el reto de entender cómo son los millennials y centennials en el trabajo, las empresas han cambiado la dinámica y se han enfocado en convertir los espacios laborales en lugares donde las personas sueñen trabajar.
¿Qué mejor que llegar a un lugar donde existe un equilibrio entre el salario, la vida personal y el desarrollo profesional? Para Marín “este es el momento de cambiar el chip y entender que los nuevos egresados son cada vez más conscientes de la importancia de ser valorados en las empresas. Antes no se relacionaba el trabajo con felicidad o satisfacción”.
Atrás va quedando la idea de que se debía aguantar por cuidar el trabajo, cuando no se podía proponer algo diferente para poder potenciarlo o como explica Marín “los días en que la gente tiene pereza porque debe ir a ‘calentar silla en su trabajo’, donde la gente siente que pierde el tiempo y que se dedica a buscar trabajo durante su jornada laboral”.
Aunque el ‘Job Crafting’ se va posicionando en la agenda empresarial, no es un tema nuevo. Según Marín, esto viene desde hace unos 15 años y se ha compilado en tres formas:
– Task Crafting, que es adaptar las metas y tareas cotidianas a las fortalezas y capacidades de las personas, lo que permite que se alcancen los objetivos de forma satisfactoria.
– Relational Crafting, que tiene que ver cómo se van articulando las relaciones saludables dentro de la empresa y esto ayuda a crecer a largo plazo. Esto representa una fortaleza porque ayuda a relacionarse con las diferentes áreas.
– Cognitive Crafting, es la capacidad para darle sentido y propósito al trabajo y tareas cotidianas y es el que permite encontrar la satisfacción y motivación.
Y es precisamente este último el que permite otorgar valor, cultivar propósito y sentido en el trabajo. “No es suficiente el incentivo económico sino que es importante ver a sus colaboradores como seres humanos y cómo pueden ellos impulsarlos más desde las habilidades blandas, inteligencia emocional, desde la felicidad, las buenas relaciones interpersonales, tener una estructura más horizontal en las organizaciones”, cuenta Marín.
El simple hecho de tener la oportunidad de trabajar en casa en días en que el tráfico no ayuda o poder tener un día más amable de trabajo realizando ‘home office’ o, una de las más comunes actualmente, optar por el teletrabajo.
De hecho, el ‘Cuarto Estudio de Penetración del Teletrabajo en Empresas Colombianas’, realizado por la Corporación Colombia Digital y el Centro Nacional de Consultoría para el año 2018, se evidenció que Colombia cuenta con 122.000 teletrabajadores. Una cifra que sigue creciendo con los años con Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Barranquilla, como las ciudades líderes en este.
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En resumen, la construcción del ‘Job Crafting’ y en específico el Cognitive Crafting es similar a lo que buscan los jóvenes colaboradores con el dilema ‘Propósito vs. Remuneración’:
– Que se valoren sus ideas.
– Sentirse empoderados.
– Demostrarse a sí mismos que son capaces de hacer bien su trabajo.
– Tener flexibilidad de horarios y la posibilidad de trabajar desde casa.
– Buscan sentir el propósito: ¿Qué estoy aportando al mundo con mi trabajo?
– Tener un reto y una experiencia que los haga sentir bien, esto, muchas veces, por encima del salario.
– Que el salario pueda variar según sus labores cumplidas o se pueda ver reflejado en más tiempo para tener un hobby o estar tiempo con su familia.
Con el ‘Job Crafting’ se abre la puerta para un cambio en las organizaciones, basadas en las habilidades blandas que son fundamentales para regular emocionalmente a los colaboradores más jóvenes, que según cifras oficiales del DANE del 2018 y que están entre los 18 y 28 años y que hacen parte del 27% de la población colombiana.
Fuente: Fundación Universitaria del Área Andina.