Por José Luis Rodríguez R.
El libro Desigualdades regionales en la educación colombiana, publicado por la Editorial de la Universidad del Norte, fue presentado el miércoles, 1º de noviembre, en el Salón Gabriel García Márquez, a través de un conversatorio en el que se abordaron reflexiones sobre la educación y las brechas de acceso y de calidad a nivel regional, y se destacó el valor de la obra para comprender el contexto educativo nacional y la transición demográfica desde un enfoque académico.
El libro, escrito por el rector Adolfo Meisel Roca y Ángela Granger, investigadora académica y egresada del Departamento de Economía, presenta cinco ensayos sobre la educación colombiana en el siglo XXI, que exponen las brechas regionales a través de situaciones como los resultados de las pruebas Saber 11 y Saber Pro, la formación de los docentes y los efectos de la transición demográfica sobre la demanda de educación universitaria. En general, contribuye al debate sobre políticas públicas nacionales, departamentales y locales en Colombia.
“Hay que visibilizar esto, hay que pasarle la cuenta de cobro a los gobernantes y hay que ponerlo en términos comparativos. En el mundo, ¿dónde estamos?, en los últimos lugares y hoy el crecimiento de los países está dado, básicamente, por conocimiento y capital humano”, puntualizó el rector Meisel durante el coloquio moderado por Iván Luzardo, director de Planeación de Uninorte.
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En sus páginas, el libro habla, entre otros temas, de la demanda por educación superior, el rol de los docentes, las brechas de acceso y de calidad en todos los niveles, y el programa Ser Pilo Paga. Muchas de las cifras y los análisis que contiene alimentan las discusiones actuales, como el de la matrícula cero en universidades públicas.
Por ejemplo, la identificación de clubes de convergencia es uno de los datos interesantes del libro, porque demuestra que la divergencia regional en Colombia es mucho más compleja que solo un dilema entre centro y periferia. La obra señala diferentes grupos de convergencia, con casos interesantes, como el de San Martín de Boyacá, departamento con una renta per cápita que no es particularmente alta, pero que ha logrado mejorar en términos de indicadores de educación. O el caso de Puerto Colombia, que está en el puesto dos de los clubes de convergencia a nivel municipal.
“¿Por qué Puerto Colombia figura entre los municipios con mejor calidad de la educación básica y media? Por los colegios bilingües que están concentrados en su territorio, que no tienen precisamente una alta representación de estudiantes de familias de Puerto Colombia. Es un ejemplo para mirar que estos temas de educación siempre tienen dos caras. En la academia tenemos el deber y el compromiso de mirar con un poquito más de criticidad los datos y tratar de mostrar la otra cara de la moneda en la que no estamos teniendo tan buenos resultados», argumentó Ángela Granger.
Para Luz Karime Abadía, decana de la Facultad de Economía de la Universidad Javeriana, «no hay una conciencia en Colombia sobre la importancia de la educación», porque, en efecto, “pareciera no tangible”, aunque sí lo es con grandes retornos salariales y sociales.
“Claro, no hay retornos cuando la educación no es de calidad y ese es un problema grandísimo en Colombia, tanto en educación básica y media como en la educación superior. ¿Cómo romper el círculo o trampa de pobreza? Necesitamos un cambio cultural, es realmente una apuesta como sociedad de estar absolutamente convencidos de que la inversión en educación es lo más importante. Y en ese sentido, ahí sí castigar severamente, en términos de democracia, a aquellos políticos hacedores de política pública que no hacen bien la tarea”, manifestó Abadía.
Desigualdades regionales en la educación colombiana está disponible en la tienda KM5 del campus Uninorte y se puede adquirir en línea en la Editorial, tanto en formato físico como digital.