Por Abel Medina Sierra – Investigador cultural
Durante esta semana, los cinco miembros de junta directiva del Fondo Mixto para la promoción de la cultura y las artes (FMCu), estarán eligiendo cuál será el gerente para el periodo 2022-2026 y que remplazará al historiador, dramaturgo y escritor Fredy González Zubiría. Tres nombres conforman la terna presentada por el Consejo Departamental del Cultura como lo define la normatividad cultural: el artista plástico Javier Julio, la psicóloga, gestora cultural y artesana Liceth Díaz Pushaina y el comunicador, cantante y gestor Larry Iguarán.
Como quiera que he sido parte del Consejo departamental de cultura en varios periodos y he seguido siempre los procesos de selección y elección de los gerentes del FMCu desde Roger Bermúdez, hace más de 15 años, como miembro de la comisión que verificó la documentación de los 10 aspirantes inicialmente inscritos en la convocatoria, puedo asegurar que ha sido, el más autónomo y libre de presiones políticas de los procesos. En las anteriores convocatorias, era común que gobernadores, secretarios de despacho, alcaldes, rectores, directores de cultura, tuvieran injerencia y eso se concretaba en presiones a los consejeros a la hora de escoger los miembros de la terna. Por primera vez, ninguno de los consejeros puede decir que el director departamental de cultura, Elis Jacobo Gómez; el gobernador Nemesio Roys o su representante ante el Consejo, José Jaime Vega, incitaron a algún consejero para inclinar la balanza a favor de alguno de los candidatos. Eso es un escenario ideal que, ojalá, siempre se diera, para que, como esta vez, sean cultores o gestores culturales quienes lleguen a la entidad creada para promocionar las artes y la cultura y que más ha apoyado la creación en el departamento.
Sobre las hojas de vida que no siguieron en el proceso, solo hubo un reclamo formal, del enfermero y ex secretario de salud, educación y promoción social de La Jagua del pilar que fue respondido y se demostró no tener experiencia en gestión cultural no menor a tres años como lo exigía la convocatoria. Los que continuaron en el proceso, sustentaron e integraron las 4 planchas que se postularon, siendo elegida la integrada por los tres nombres anteriormente señalados. En ellos tres están depositadas las más altas expectativas y muchos retos, pues en el sector es conocido la escasa viabilidad financiera del FMCu y que la oficina de Función Pública, sugirió el Departamento – máximo y casi único aportante- liquidar la entidad. Del nuevo gerente depende mucho que no repitamos la experiencia de la mayoría de departamentos, donde se ha liquidado los fondos mixtos, en gran parte, por la politización.
A Fredy González Zubiría hay que reconocerle su destacada labor, con todas las limitaciones presupuestales, el represamiento de recursos de ordenanza, supo sortear un periodo difícil y con alto riesgo de colapso institucional. Recibió la peor de las herencias que un gerente ha podido recibir, pues Cesar Henríquez fue tan mal gerente que ni siquiera consiguió para pagarse sus salarios y luego embargó al Fondo cobrando hasta intereses. A la entidad, en años anteriores, se le dejó de girar toda una vigencia anual, lo que acumuló acreencias con los empleados, proveedores y contratistas, algunos de estos, acudieron al embargo.
Peso a esto, el FMCu siguió promoviendo procesos de apropiación social y formación cultural como que el se lleva en El Hatico con el legado de Luis Enrique Martínez, se publicaron muchas obras, La Guajira se visibilizó con laureles del Festival de cine de Cartagena con un corto metraje dirigido por Elizabeth Pirela y talento wayuu. Se descentralizaron los programas del FMCu, pero lo más importante fue el proceso de moralización y ajuste de procesos administrativos que, durante la gerencia anterior, rayaron en el desgreño y el escándalo.
Pero todo lo bueno que deja González Zubiría es susceptible de mejorarse, el FMcu requiere con urgencia, nuevas concurrencias económicas, alianzas, una política agresiva de gestión para recursos frescos. Eso no lo puede hacer solo el gerente, el gobernador también debe acompañar ese proceso ya que él preside la entidad. La Asamblea también puede estudiar la creación de nuevas fuentes de recursos, la empresa privada aportar a la cultura con mayor sentido de responsabilidad social. La sostenibilidad del FMCu, un clima de mayor entendimiento con el gobernador y el que viene, una complementariedad y no disfuncionalidad con la Dirección departamental de cultura, son los viejos retos que el nuevo o la nueva gerente debe afrontar con inteligencia y bien acompañado.