La investigadora Clara De La Hoz del Real expuso detalles de su estudio sobre las terribles condiciones que enfrentan los solicitantes de asilo en Samos, Grecia. La charla hace parte del trabajo del Grupo de Investigación de Desarrollo Humano.
Por: José Luis Rodríguez R.
«Soy una persona, tengo sentimientos, tengo un corazón, tengo un futuro», expresó frente a una cámara Ruweeli Haji Salim, solicitante de asilo sirio, al describir su desesperación tras dos años en un campo de refugiados en Grecia. En una charla desarrollada el viernes, 12 de julio, por la socióloga franco-colombiana Clara de la Hoz del Real, el testimonio de Haji y otros migrantes fueron presentados, recalcando las terribles condiciones y la sensación de encarcelamiento que experimentan en los llamados «hotspots» europeos.
A través de su presentación, De La Hoz, Ph.D. en Sociología de la Universidad de París-Saclay, destacó la urgente necesidad de una perspectiva más humana y empática en la gestión de la crisis migratoria en Europa y compartió sus hallazgos sobre los desafíos que enfrentan los migrantes en Europa, específicamente los solicitantes de asilo en la isla griega de Samos. La conferencia se desarrolló en el salón 24G1, en el marco del trabajo del Grupo de Investigación de Desarrollo Humano de la División de Humanidades de la Universidad del Norte, como parte de una serie de actualizaciones temáticas.
La socióloga trabaja en la isla de Samos, en Grecia, desde hace dos años y medio por invitación de una ONG que buscaba respaldo académico para sus acciones de defensa de derechos de los migrantes. Allí ha estudiado el fenómeno migratorio y registrado diferentes casos de solicitud de asilo en Grecia.
Samos es uno de los puntos estratégicos de llegada para los migrantes en Europa, a través de los conocidos «hotspots», puntos de entrada que en teoría facilitan el registro y la identificación de migrantes, pero en la práctica funcionan como “centros de detención donde los solicitantes de asilo pueden pasar años esperando la aprobación de sus solicitudes”.
Según De La Hoz del Real, «la política migratoria turca es calificada de deshumanizante,» y muchos migrantes al llegar a Grecia no encuentran alivio. La Guardia Civil Griega o la Guardia Marítima Europea, espera que los barcos estén en aguas territoriales europeas y los devuelven, una práctica ilegal denominada “pushbacks”.
Política migratoria dura
Las condiciones en los campos de solicitantes de asilo son particularmente duras. «El nuevo campo en Samos, conocido como el ‘Guantánamo europeo’, está totalmente cerrado y controlado con mallas de seguridad, alambres de púa, miradores con agentes, francotiradores y drones,» describió De La Hoz del Real, evocando el sentimiento de migrantes como Haji: «No quiero vivir en una cárcel y terminar mi vida en la cárcel».
La política migratoria europea agrava aún más la situación. Según el reglamento de Dublín, los solicitantes de asilo deben quedarse en el país de entrada, lo que ha generado una sobrecarga en Grecia, Italia y España. «Para muchas de las personas que están en estos campos, el problema central es mental. Ya han huido de guerras y vivido todas las posibles agresiones físicas y psicológicas, y se encuentran en condiciones de encierro y humillaciones sistemáticas diarias,» subrayó la investigadora.
La perspectiva de De La Hoz es clara: «La situación no va a sino a empeorar con la mitad de la derecha en Europa queriendo construir más campos de estos porque son funcionales». A pesar de las duras circunstancias, su trabajo y el de otros académicos y activistas continúa, buscando darles voz y visibilizar las condiciones de vida de los migrantes en Europa.