En noviembre de 2016 se suscribió el Acuerdo Final de Paz entre el gobierno nacional y la extinta guerrilla de las Farc-EP, en esta entrevista se profundizará en la implementación del mismo 8 años después de su firma.
En medio de la Escuela de Verano: Reflexiones y diseño de estrategias pedagógicas para la construcción de paz, desarrollada por la Universidad de La Guajira en conjunto con Wil Red Fundación, Instituto CAPAZ y JLU Giessen, visitamos el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Pondores y el Corregimiento de Conejo, donde tuvimos la oportunidad de conversar con Álvaro José Canchila Soto, conocido como Sandino, una figura emblemática en el proceso de reincorporación de excombatientes de las FARC.
Sandino, oriundo de El Bagre, Antioquia, se unió al guerrilla impulsado por las injusticias sociales que vivió durante su juventud. Creció en una familia humilde en un pueblo minero y, tras experimentar el abuso y la represión en el servicio militar, decidió buscar un cambio radical. La lectura de textos revolucionarios y obras clave de figuras como Simón Bolívar y el Che Guevara lo llevaron a abrazar la lucha armada como medio para combatir las desigualdades en Colombia.
A lo largo de su vida en la guerrilla, Sandino participó en múltiples combates y procesos organizativos, siempre con la esperanza de un futuro más justo. Con la firma de los Acuerdos de Paz en 2016, dejó las armas y se dedicó a la reincorporación y educación sobre la paz. Aunque el camino ha sido difícil y lleno de desafíos, su compromiso con la causa sigue firme, buscando construir un país donde todos puedan vivir dignamente.
Periodista (P): ¿Cómo fueron sus expectativas respecto a los Acuerdos de Paz y cuál ha sido la realidad desde su firma?
Álvaro Canchila (AC): “Pensamos que los acuerdos nos iban a dar una garantía de tener una mejor forma de vida: una vivienda digna, un empleo, unos proyectos productivos, no solamente para nosotros sino también para los campesinos, los estudiantes y los indígenas. Pensamos que esto iba a ser un cambio inmenso, pero resulta que es la hora y llevan casi 8 años y uno le pregunta al común de la gente si conoce los acuerdos de paz y no, no los conocen”.
En el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Pondores decenas de firmantes de los acuerdos y su familias esperan un real implementación de los acuerdos.
P: Eso quiere decir que hay desconocimiento por parte de las personas. ¿Qué opina sobre la pedagogía y la educación en torno a los Acuerdos de Paz?
AC: “No se ha hecho una pedagogía para que la mayor parte de la gente sepa. Es el momento en que hay policías y miembros del ejército a los que uno les dice que es firmante de acuerdo de paz y piensan que uno tiene que estar encerrado en un sitio. En el punto 3.3 de los Acuerdos de Paz dice que los que tuvimos alguna responsabilidad podíamos hacer pedagogía de paz y vigilar que los Acuerdos de Paz se cumplieran, pero ese punto no se ve. Yo, por ejemplo, he hecho varias solicitudes de dictar pedagogía de paz, pero con autorización en los colegios, de la alcaldía y de la gobernación, y no me la han dado”.
P: ¿Qué ha faltado o qué se necesita para que los acuerdos se implementen de manera efectiva?
AC: “Para mejorar se necesita voluntad política local, municipal, departamental y nacional. Con esto se mejoraría la calidad de vida, no solamente de los firmantes, sino de una cantidad de personas que vivimos en el campo y que trabajamos el agro”.
P: La firma del acuerdo se dio en 2016, siendo presidente Juan Manuel Santos. Desde entonces, pasó Iván Duque en el 2018 y ahora Gustavo Petro. ¿Cuáles han sido los cambios teniendo en cuenta los diferentes mandatos?
AC: “En mi caso, estaba completamente seguro de que la mayor intención del gobierno de Santos era ver a las FARC sin armas, ver al grupo de personas que estábamos en armas totalmente indefensos en los espacios territoriales o en cualquier parte. Esto significa que dejó unas cosas a medias, una ley transitoria que no produjo efectos. En el gobierno de Duque no hubo continuidad porque eran opositores y no progresó absolutamente nada. Si quisiéramos hacer una evaluación del 100%, yo le pondría un 15 %”.
P: ¿Y en el gobierno de Petro?
AC: “En el gobierno de Petro, a pesar de que es un gobierno progresista, hay muchas cosas totalmente amarradas del otro gobierno. Dejaron un país totalmente endeudado y una plata para la implementación de los acuerdos de paz que nunca se vio reflejada en los territorios”.
P: De acuerdo a todo lo anterior, ¿qué hace falta para que haya paz en Colombia?
AC: “Conciencia. Uno mira que la mayor parte de la población de nuestro país quiere la paz, el progreso y el desarrollo, pero en las campañas se deja llevar por la emoción del primo, del hermano, del conocido. Entonces, no analizan, no miran pensamientos ni programas de gobierno”.
El testimonio de Sandino revela las dificultades que han acompañado el proceso de implementación de los Acuerdos de Paz en Colombia, su experiencia refleja la brecha entre las expectativas iniciales y la realidad, marcada por la falta de pedagogía, apoyo institucional y voluntad política. A pesar de esto, mantiene la esperanza y continúa trabajando desde las comunidades, promoviendo la paz y la educación en el largo camino que aún queda por recorrer para alcanzar este fin en Colombia.
Luis Fernando Ariza Moscote
Periodista Uniguajira