Abel Medina Sierra

El balance de Dasuki

Se acaba de conocer por redes sociales un balance de la gestión del alcalde Maicao Mohamad Dasuki Hajj. Más que un balance oficial y técnico, se trata de un anuncio propagandístico, poco riguroso y cargado de frases como “parque bonito, estadio bonito” para promocionar lo que se considera sus logros durante tres años y medio frente al primer cargo municipal. Con todo y esto, sirve para comenzar a valorar cómo le fue a este alcalde sobre el cual los maiceros habían depositado tantas expectativas.

El curioso sentido cambiante de las palabras

Con las palabras sucede lo mismo que con la imagen social de las personas, por eso se puede decir que algunas de estas palabras en su devenir, han experimentado procesos de cambio semántico, puede ser también de envilecimiento y otras de ennoblecimiento.  Un repaso por la evolución semántica de algunas palabras, nos revela su curioso y hasta paradójico tránsito a veces hacia sentidos totalmente contrarios al original.

La ‘badbunnyzación’ del Festival Vallenato

Nos guste o no que Bad Bunny cobre tanto, si queremos un festival rentable, sostenible y que convoque a toda la nación, ese sapo nos lo tenemos que tragar siempre y cuando duplique o triplique los 900 millones que factura este o cualquier estrella que venga. Más bien hay que aprovecharlos para que quien vaya al festival se deslumbre con estas estrellas, pero también se lleve una buena impresión de nuestros músicos y deje sus recursos en la ciudad.

El ‘sneating’ y otras formas de ‘muelear’

Últimamente se han conocido muchas quejas, más de hombres, pero también de mujeres, de haber sido víctima de “sneating”, otra palabreja de esas que el mundo digital aporta a nuestro léxico ya bien recargado de extranjerismos y neologismos. Para asociarla a palabras más familiares de nuestro contexto, el sneating no es otra cosa que la práctica de “muelear”, es decir, “gorrearle” o aprovechar el bolsillo de alguien que se muestra interesado en una relación sentimental.

Bodegueros regalados

Cada país en su dinámica política y mediática va configurando un léxico regional que solo tiene sentido en ese campo de cognición social y en ese contexto geográfico. En Colombia, hoy se aplica también la palabra “bodega” a esas fábricas personales e institucionales de información tendenciosamente política, fake news y mensajes de odio, desprestigio o con intención de manipulación de la opinión pública a través de las redes sociales.   

¿Fiscal presidenciable?

De la noche a la mañana, el mudo fiscal comienza a pronunciarse sobre lo divino y lo humano, lo que es y lo que no es de su competencia. De repente, comienza cada semana a hacer promesas como si fuera candidato a algún cargo: “La próxima semana voy a librar órdenes de captura por el caso Odebretch”, “Ya sabemos la ubicación de los cabecillas de esta banda”. Y es que cada día, los colombianos parecemos estar repitiendo un deplorable escenario con pésimas consecuencias que se vio en años anteriores: un alto funcionario de los órganos de control que ya comienza a dar pasos para aspirar a la presidencia.

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